En la región patagónica, el acceso al agua es limitado y las condiciones climáticas extremas representan un desafío constante para la agricultura.
En ese contexto, el riego inteligente llegó como una innovadora solución. Un equipo del INTA Esquel (Chubut) desarrolló un sistema de con inteligencia artificial (IA) que optimiza el uso del agua y mejora la calidad de los cultivos en invernaderos.
Inteligencia artificial para una gestión eficiente del agua
Este sistema de riego inteligente, diseñado en colaboración con la empresa Autoplants, integra sensores de última generación que miden en tiempo real la humedad del suelo, la temperatura y la humedad ambiental.

La IA procesa estos datos y determina el momento óptimo para regar, activando automáticamente electroválvulas conectadas a un sistema de riego por goteo.
Además, un caudalímetro digital registra la cantidad de agua utilizada, garantizando un uso eficiente del recurso hídrico. El sistema es versátil y se adapta a diferentes tipos de cultivos.
A través de una aplicación móvil, los productores pueden configurar el dispositivo seleccionando entre 170 cultivos diferentes, ajustando los parámetros de riego a las necesidades específicas de cada planta.
Esto permite una gestión personalizada del riego, optimizando los recursos y mejorando la productividad.
Protección contra heladas y condiciones climáticas adversas
Además de optimizar el riego, el sistema cuenta con un mecanismo de protección contra heladas, algo esencial en la región. Equipado con sensores que miden temperatura y humedad cada 30 segundos, utiliza algoritmos de machine learning para predecir heladas con datos específicos del predio.
Cuando detecta una helada inminente, activa bombas o electroválvulas para pulverizar agua, formando una fina capa de hielo que protege los cultivos del frío.
Los beneficios clave para los productores patagónicos

La implementación de este sistema de riego inteligente ofrece múltiples ventajas para los agricultores de la región:
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Automatización del riego: libera al productor de la tarea manual de riego, permitiéndole enfocarse en otras actividades.
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Eficiencia hídrica: optimiza el uso del agua, reduciendo el consumo y promoviendo la sostenibilidad.
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Mejora de la salud de los cultivos: evita el estrés hídrico y la reducción foliar, asegurando plantas más sanas y productivas.
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Toma de decisiones informada: la IA genera pronósticos que ayudan a planificar el riego y la gestión del invernadero con días de antelación.
Este avance tecnológico representa un paso significativo hacia una agricultura más sostenible y resiliente en la Patagonia, adaptándose a los desafíos del cambio climático y optimizando el uso de los recursos disponibles.