Una gran alfombra de algas en descomposición desprende un olor a huevos podridos y cubre una playa del Caribe.
La imagen, muy distante de lo que presentan las tarjetas postales de arena blanca y aguas turquesas, no son ahora mismo su mayor atractivo.
Sin embargo, se ha convertido en una realidad en un número muy importante de playas de la región, presentando incluso problemas de salud pública, como irritación de los ojos, de la garganta, de los oídos, y náuseas.
Desde 2011 dos variedades de estas algas llamadas sargasas van tomando posesión del arco de el Caribe, desde la República Dominicana a las Barbados pasando por la costa mexicana. Este año, el número de costas afectado por la invasión de algas es tan alto que muchos turistas deciden anular sus vacaciones de verano.
Muchos países afectados por el fenómeno han tenido que desbloquear los fondos de urgencia para financiar las operaciones de limpieza y retirar estas inmensas acumulaciones de algas pestilentes que pueden alcanzar hasta 3 metros de altura en algunas playas. En la isla de Tobago, las autoridades han decretado el estado de catástrofe natural.