Investigadores han demostrado que el fitoplancton (plantas) en regiones oceánicas remotas puede contribuir a raras partículas en el aire que desencadenan la formación de hielo en las nubes.
Los resultados de una nueva investigación muestran que los residuos orgánicos de la vida en los océanos, que se expulsan a la atmósfera junto con la espuma del mar cuando las olas rompen, estimulan que las gotas de las nubes se congelen en partículas de hielo, lo que afecta a cómo se comportan las nubes e influyen en el clima mundial, algo importante para mejorar las proyecciones futuras del cambio climático.
Las nubes en la atmósfera de la Tierra están hechas de gotitas de agua líquida, partículas de hielo o una mezcla de ambas. Las partículas de hielo influyen en el tiempo que existe una nube y la cantidad de lluvia, granizo o nieve que produce, además de ayudar a controlar la temperatura del clima al reflejar la luz del sol (manteniendo las temperaturas de la superficie frías) o atrapar el calor cerca de la superficie de la Tierra (manteniendo las temperaturas más cálidas).
El clima en las regiones polares está cambiando más rápidamente que en cualquier otra parte del planeta, pero las predicciones de cómo va a cambiar en el futuro siguen siendo inciertas.
Esta mejora de la comprensión de la formación de nubes es un paso más cerca de ayudar a reducir las incertidumbres en la modelización del clima global.