Activistas de Greenpeace escalaron el Puente de la Mujer y lo vistieron como un bosque desmontado con un cartel de 120 metros cuadrados, con el objetivo de reclamar la sanción de una Ley de Delitos Forestales que castigue penalmente a la deforestación ilegal.
La puesta en escena representó a las más de 600 mil hectáreas desmontadas entre 2008 y fines del 2014, que estaban protegidas por Ley pero fueron destruidas para ser destinadas a producción agropecuaria y desarrollos inmobiliarios.
“Las multas por desmontar ilegalmente son tan irrisorias que no resultan suficientes para desalentar la deforestación. Es hora de que se considere a la destrucción de los bosques como lo que realmente es: un crimen”, dijo Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Bosques para Greenpeace.
En el marco del lanzamiento de su campaña, la organización ambientalista publicó su último informe “Desmonte S.A.
“En los últimos 25 años se perdieron en el país 7,6 millones de hectáreas, el tamaño de la provincia de Entre Ríos. Necesitamos darle visibilidad a esta situación; los desmontes e incendios forestales intencionales arrasan con nuestros últimos bosques nativos provocando inundaciones cada vez más perjudiciales.” Agregó Giardini.
Los bosques nativos concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta y de ellos obtenemos bienes y servicios indispensables para nuestra supervivencia, como alimentos, maderas y medicinas. Las selvas y bosques son hogar y sustento de miles de comunidades y juegan un papel fundamental en la regulación climática. La deforestación provoca desertificación, cambio climático e inundaciones.