La creación de un santuario para ballenas en el océano Atlántico, una iniciativa promovida por varios países de América del Sur y organizaciones ambientalistas, fue rechazada por la Comisión Ballenera Internacional reunida en la ciudad marítima eslovena de Portoroz.
La propuesta, impulsada por Brasil y apoyada por Sudáfrica, Argentina, Uruguay y Gabón, además de varias organizaciones no gubernamentales como Greenpeace, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés) y la fundación SOS Mata Atlántica, era crear un parque submarino o área protegida de 20 millones de metros cuadrados donde los animales se encuentren a salvo de las acciones humanas que las pueden dañar.
Para que el santuario fuera aprobado era necesario que votaran a favor al menos el 75 por ciento de los 64 miembros de la Comisión, pero sólo obtuvo 35 votos (un 54,6 por ciento).
Los países que se opusieron más fuertemente a la iniciativa fueron Japón, Noruega e Islandia.