Una empresa oriunda de Nueva Zelanda ha creado un innovador dispositivo capaz de convertir las botellas de cerveza en arena. Se trata de una máquina que crea arena fina a través de las botellas que procesa.
Mediante un láser, la máquina separa el plástico de la etiqueta de la botella que luego es triturada por pequeñas cuchillas que giran a 2.800 revoluciones por minuto. El resultado son 200 gramos de arena refinada con una composición similar a la que se halla en las playas.
De esta forma, toda la arena producida a través de estas máquinas será distribuida a empresas de construcción y a otras firmas para que así se vaya reduciendo la demanda y dependencia que existe de la arena de las costas de aquel país.