Luego de la defensa por parte de los funcionarios nacionales y provinciales de la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, los ministros de Energía Juan José Aranguren y su par de Medio Ambiente, Sergio Bergman, escucharon in extenso a referentes del mundo ambientalista quienes señalaron como responsables de causar daños irreversibles y apuntaron a una escasa profesionalidad en el informe de impacto ambiental.
Uno de los más críticos fue Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales quien señaló que con el trabajo presentado ‘no se puede concluir que no va a haber impacto en los glaciares’. Luego de afirmar que este proyecto se lleva adelante ‘porque hay que cumplir un compromiso ambiental con China’, se refirió a que significa producir energía a ‘cualquier costo’.
Respecto del estudio, señaló que ‘no hay ningún dato’ acerca de las consecuencias que tendrá el tendido eléctrico.
Parte de este argumento es lo que algunas ONGs están estudiando para, en caso de que sean aprobadas las obras, volver a la Justicia e intentar una nueva cautelar que frene el proceso.
A su momento, Hernán Casañas, director ejecutivo de Aves Argentinas, sostuvo que lo que el Estado presentó ‘es un informe sobre el estado de situación del macá tobiano, no un estudio de impacto. ‘Es insostenible que digan que las represas no va a afectar. Es un daño que no es compensable’.
Quizás el más gráfico a la hora de exponer los cambios que tendrá la zona del río Santa Cruz fue el director de Fundación Vida Silvestre, Manuel Jaramillo, quien advirtió que se inundarán ’40 mil hectáreas, el doble del tamaño de la Ciudad de Buenos Aires. Con estas represas se van a perder colores, historia, cultura y biodiversidad’.