El pleno del Parlamento Europeo aprobó una resolución en el que pide que la Unión Europea inicie una campaña diplomática para conseguir que se prohíba en todo el mundo la experimentación cosmética en animales a partir de 2023, una práctica prohibida en el bloque comunitario desde 2013 pero que sigue existiendo en el 80% de los países extracomunitarios.
El texto, que no es vinculante, ha sido respaldado por 620 eurodiputados, mientras que 14 han votado en contra y 18 se han abstenido. En él, la Eurocámara subraya que la prohibición en la UE no ha impedido a la industria prosperar y proporcionar unos dos millones de puestos de trabajo.
Sin embargo, los eurodiputados han denunciado la existencia de «lagunas» en la regulación del bloque comunitario, puesto que permite la comercialización de cosméticos que han pasado pruebas en animales en otros países pero después son examinados con métodos alternativos en la UE.
También han criticado que es ‘un problema grave’ la falta de datos fiables sobre cosméticos que han sido probados en animales y luego importados al bloque comunitario.
A pesar de estas deficiencias a nivel interno, los eurodiputados han pedido a los jefes de Estado y de Gobierno que utilicen la diplomacia para ‘formar una coalición internacional amplia’ y celebrar, en el marco de Naciones Unidas, un convenio contra la utilización de animales para el ensayo de productos cosméticos. El objetivo es conseguir que esta prohibición a nivel mundial entre en vigor a partir de 2023.