Un año después del devastador paso del huracán Harvey por Texas, Estados Unidos, cientos de residentes del estado siguen sin poder regresar a las viviendas que fueron arrasadas por unas inundaciones que dejaron unas noventa víctimas mortales y decenas de miles de desplazados.
Muchos de ellos vivían en las zonas contiguas a dos represas del oeste de Houston que se vieron desbordadas por las lluvias torrenciales que dejó el huracán más costoso en la historia del país, junto con el Katrina (2005), con pérdidas valoradas en 125 mil millones de dólares.
Randy Álvarez, originario de Honduras y barbero de oficio, no olvida cómo el agua comenzó a superar las barreras de protección de las presas, lo que llevó a las autoridades a abrir las compuertas para liberar la presión de un agua que, de lo contrario, generaría un caos mayor.
Álvarez tuvo que abandonar su casa junto a sus familiares después de que la acumulación de agua superase los cuatro pies de altura (1,2 metros).