Al menos cuatro de cada 10 conflictos internos en países registrados en los últimos 60 años han tenido relación con la explotación de los recursos naturales, tanto por su valor, en los casos, por ejemplo, de la madera, los diamantes, el oro, los minerales o el petróleo, como por su escasez, en función de la tierra fértil y el agua.
Así lo afirmó recientemente ONU Medio Ambiente con motivo del Día para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados, que se celebra cada 6 de noviembre.
‘La humanidad siempre ha contado sus víctimas de guerra en términos de muertos y heridos, de ciudades destruidas, de medios de vida arruinados. Sin embargo, el medio ambiente ha sido con frecuencia la víctima olvidada’, denunciaba el organismo internacional.
‘Pozos de agua contaminados, cultivos quemados, bosques talados, suelos envenenados y animales sacrificados, todo se ha dado por válido para obtener una ventaja militar’, apuntaba la ONU antes de subrayar que el riesgo de que se produzcan conflictos por los recursos naturales se duplica con respecto a otros casos.
Naciones Unidas considera primordial, pues, garantizar que la preservación del medio ambiente forme parte de las estrategias para la prevención de conflictos y para el mantenimiento de la paz y su consolidación porque, a su juicio, ‘no puede haber paz duradera si los recursos naturales que sostienen los medios de subsistencia y los ecosistemas son destruidos’.