Los países nórdicos son, en muchos ámbitos, un modelo a seguir para muchos ciudadanos. Su sistema educativo, los sueldos, la gran implicación de sus estados en el bienestar social, su equitativo sistema de impuestos, su sistema sanitario, el bajo desempleo o los altos índices de felicidad son motivo de admiración para muchos. Ahora, además, han decidido liderar la lucha para salvar el planeta.
En esta guerra contra la amenaza humana sobre el medio ambiente, Noruega ha dado un paso muy importante. A finales del pasado mayo, el país se convirtió en el primero en comprometerse para acabar con la deforestación, tal y como lo anunció en un comunicado la agencia Climate Action de Naciones Unidas.
Con esta decisión, la nación se compromete a evitar y prohibir, a través de las políticas de contratación pública, cualquier producto de su cadena de suministro que contribuya a la tala de árboles.
“Esta es una victoria crucial en la lucha para proteger la selva tropical”, destaca Nils Hermann Ranum, presidente de la Rainforest Foundation de Noruega en el comunicado de Climate Action.