Las ballenas azules que migran por el Océano Pacífico confían más en su memoria que en las señales ambientales oceánicas para encontrar presas y alimentarse, según un estudio publicado hoy en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.
Este depredador marino localiza a sus presas usando su “excepcional” memoria para encontrar los lugares “históricamente productivos, estables y de alta calidad” de producción de kril, de acuerdo con los investigadores de la Oficina Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos.
“Estos animales altamente inteligentes y longevos están tomando decisiones de movimiento en función de sus expectativas de dónde y cuándo estarán disponibles los alimentos durante sus migraciones”, argumentó la autora principal del análisis, Briana Abrahms.
Este concepto de seguimiento del tiempo de disponibilidad de los alimentos a lo largo de las rutas de migración “no es inusual para los animales terrestres, pero ha sido más difícil de identificar en las criaturas marinas“, apuntó Abrahms.
El estudio también plantea la cuestión de qué pasará con la población de ballenas azules si las condiciones climáticas hacen que los alimentos se desvíen de los lugares habituales.