Misiones está posicionada en el extremo noreste del Litoral argentino, y si bien es una de las provincias más pequeñas del territorio nacional, también es una de las que tiene mayores riquezas naturales y culturales.
Además de las Cataratas del Iguazú, una de las actuales Siete Maravillas del Mundo, alberga alrededor de 60 áreas protegidas que permiten el desarrollo de diversos circuitos culturales y actividades de ecoturismo y aventura.
Uno de los caminos alternativos que propone Misiones es el que se interna en plena selva paranaense para descubrir un conjunto de poblados que se formaron sobre principios del siglo XX con una masiva inmigración europea y de otros países de América latina.
El camino de los pueblos inmigrantes recorre las localidades de Apóstoles, Concepción de la Sierra, Santa Ana, San Ignacio, Garuhapé, Jardín América, Oasis, Oberá, Eldorado y Montecarlo, entre muchos otros.
Los primeros inmigrantes que llegaron a las tierras coloradas de la selva misionera fueron polacos y ucranianos que procedían de Galitzia, cuyos descendientes habitan la zona sur de la provincia.
Luego se sumaron grupos de alemanes, que predominan en las ciudades y colonias del norte; y escandinavos y rusos, ubicados en el centro.
Se estima que poco más de 40 mil personas que residen en la provincia de Misiones son extranjeras. Esta situación generó una conjugación de culturas única en toda la Argentina, la cual tiene marcada influencia sobre las costumbres, credos y gastronomía del lugar.
Para el turismo internacional una de las mejores maneras de conocer la historia y el desarrollo de estos pueblos misioneros es la Fiesta Nacional del Inmigrante, que se celebra cada mes de septiembre en la ciudad de Oberá, donde más de 20 colectividades ofrecen sus mejores trajes, música y recetas.
Oberá -”la que brilla” en lengua guaraní- es una de las localidades más destacadas dentro del camino inmigrante por realizarse allí la tradicional fiesta que homenajea a cada una de las culturas. Hasta allí llegaron, entre 1911 y 1912, familias de Suiza, Francia, Noruega, Suecia y Alemania, además de los contingentes de países vecinos como Brasil y Paraguay.
Conocida como la “Capital del Monte”, se encuentra el centro del territorio provincial, a unos 97 kilómetros de Posadas y casi 300 de Cataratas del Iguazú. Un destino en el que se encuentran numerosos saltos en medio de la selva subtropical.
Otra de las localidades que integran el camino de los pueblos inmigrantes es Aristóbulo del Valle, en el centro de la provincia. Una antigua colonia en la que se cultiva yerba mate, tabaco y té, conocida también conocida como la “Capital de los Saltos y Cascadas”.
La ciudad de Eldorado es otro de los pueblos inmigrantes fundado en 1919 por Julio Adolfo Schwelm, quien colocó el primero mojón en la ribera del río Paraná, para albergar a numerosas familias de alemanes tras la guerra, a las que luego se sumaron grupos de otros destinos.
Finalmente, se suma al camino de los pueblos inmigrantes Montecarlo (originalmente llamada Los Montes de Carlos), donde a principios del siglo XX se instalaron diversos grupos inmigrantes en predios de entre 20 y 30 hectáreas para trabajar la tierra. Se trata de la “Capital Nacional de la Orquídea” y la “Capital Provincial de la Flor”, cuya fiesta anual más destacada se celebra en el mes de septiembre.