31 de agosto. Un grupo de orcas ataca a la embarcación Mirfak de la Armada Española. Ocurre a dos millas de Corrubedo (A Coruña). Los animales arrancan a bocados parte del timón. 11 de septiembre. Un velero que había salido de A Coruña con destino a Gran Bretaña pide auxilio frente a las costas de Ferrol. Se ha quedado sin gobierno después de las embestidas de un grupo de estos animales marinos. Este lunes, 14 de septiembre, Salvamento Marítimo remolca de madrugada a dos veleros que se encontraban cerca de Cedeira, también en aguas coruñesas. Ambos habían sufrido el ataque de las orcas.
Los tripulantes de una de las últimas embarcaciones, del velero Urki, pudieron grabar las acometidas de los cetáceos. Eran dos españoles que habían salido de Finisterre (A Coruña) y se dirigían a Gijón. Solicitaron auxilio a cuatro millas náuticas de Cedeira (A Coruña) sobre las tres de la madrugada, después de que un grupo de orcas les destrozase el timón.
Tres horas antes, el velero Amadeus, había notificado otro ataque. A bordo iban dos tripulantes de nacionalidad francesa que viajaban de Santander a A Coruña. Estaban a siete millas náuticas de Cedeira (A Coruña), habían perdido el timón y se habían quedado a la deriva. También tuvieron que ser remolcados por una lancha de Salvamento Marítimo a puerto.
Velero Urki I informó a las 3.07h que estaba siendo atacado por un grupo de orcas; le rompieron el timón y solicitó remolque. Procedía de Finisterre con destino a Gijón con 2 tripulantes españoles. Se movilizó la LS Langosteira de #CruzRoja que lo remolcó hasta Cedeira pic.twitter.com/2lKKQMOQd5
— SALVAMENTO MARÍTIMO (@salvamentogob) September 14, 2020
Dar bocados a los timones, un juego para las orcas
Los cuatro incidentes que se han producido en aguas gallegas en apenas quince días han encendido todas las alarmas. Muchos se preguntan si estos robustos animales, de entre 7 y 8 metros de longitud y hasta 5.000 kilos de peso, podrían llegar a atacar a los humanos. En este sentido, los biólogos marinos son rotundos: “No constan ataques a personas”, comenta a NIUS Bruno Díaz, biólogo marino y director del Instituto BDRI, ubicado en O Grove (Pontevedra).
Es habitual encontrar orcas en aguas gallegas en esta época del año, según apunta este científico. “Sabemos que una de sus presas favoritas es el atún rojo y ahora mismo las orcas lo siguen en su ruta hacia el norte”, comenta. Un desplazamiento que estaría coincidiendo con la presencia masiva de veleros que aprovechan que las condiciones de estos días son idóneas para navegar. “Los ataques a embarcaciones no son muy frecuentes, pero tampoco extraños. Teniendo en cuenta que estos días hay muchas embarcaciones navegando hay más posibilidades de que se produzcan más interacciones”, explica.
Una interacción que este biólogo marino no calificaría como un ataque. “Es posible que los incidentes que se han producido en los últimos días sean principalmente porque algún grupo, con ejemplares jóvenes, esté practicando técnicas de caza con las embarcaciones con las que se encuentra. Posiblemente para ellas es un juego, se están divirtiendo a costa de las embarcaciones”, comenta. Los grupos de orcas avistados son pequeños. “Probablemente sea el mismo grupo el que ha interactuado con todas estas embarcaciones”, dice.
No le extraña que todos los veleros auxiliados hayan terminado con el timón destrozado. “El timón se mueve y es la parte del barco que más llama la atención a un animal que nada paralelamente a una embarcación o a rebufo, siguiendo su estela. El timón es atractivo y, posiblemente, una presa fácil para sus técnicas de entrenamiento”, comenta.
Un consejo: detenerse o reducir la velocidad si son avistadas
Salvamento Marítimo ha lanzado un radioaviso para que, en caso de avistamiento, las embarcaciones no intenten aproximarse a los cetáceos. “Lo adecuado es mantener las distancias y no interactuar con ellos”, insiste este especialista del Instituto BDRI.
Para evitar ataques como los que se han producido en los últimos días, Bruno Díaz aconseja a los patrones de barco detener las embarcaciones o, al menos reducir la velocidad, en el momento en el que avisten a los animales. “Hay que evitar que les atraiga ese juego de nadar a gran velocidad e ir a por esa presa que para ellos son los timones”, explica. “Hay que esperar, tener paciencia, y los animales seguirán su ruta”, añade.