Un guardaparque que se encontraba realizando un recorrido por una zona boscosa de la cuenca del lago Lácar, en cercanías de la ruta provincial 48, se encontró con un gato huiña, que lo miró por unos instantes con curiosidad, y luego trepó a un árbol cercano. Durante el fantástico encuentro, pudo distinguirlo de otros felinos como el gato montés, y fotografiarlo.
El registro es de suma importancia para el área protegida, dado que confirma la presencia de una de las especies de animales considerada“de valor especial”, de acuerdo a las categorías que se usan en la Administración de Parques Nacionales, debido a que su población está amenazada por distintos factores originados por la presencia humana.
En el país hay tres felinos muy amenazados: el gato andino, el gato huiña y el yaguareté. Pero los dos primeros habitan en la provincia de Neuquén mientras que el tercero se encuentra en el norte de Argentina.
El gato huiña (Leopardusguigna) es el felino más pequeño de América, y uno de los más pequeños del mundo. Es aún más chico que un gato doméstico: pesa entre 1,5 y 2,5 kg.
Se alimenta de roedores y aves; también puede comer lagartijas y, algunas veces, liebres. El pelaje denso, tupido y esponjoso, es de color bayo leonado, con numerosas manchas redondeadas y oscuras que no cubren las manos y los pies. Los ojos son pardo oscuro; la nariz negra y, a ambos lados de ella, presenta una línea facial negra muy marcada. La cola es gruesa y tiene unos 10 a 12 anillos negros.
Vive en los bosques de la cordillera, en las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut y posiblemente en SantaCruz. En Chile habita desde la zona central hasta la Patagonia.
El gato huiña necesita bosques tupidos, con plantas y árboles de distintas alturas, para poder cazar, moverse agazapado y trepar. Es difícil de ver, ya que tiene hábitos nocturnos y suele andar arriba de los árboles. Es solitario, ágil, veloz, cauteloso, silencioso y excelente trepador y saltador. Esto le permite capturar a sus presas tanto en el suelo como en las alturas.Dispone de lugares de descanso y cría en las ramas gruesas y en huecos, sobre colchones de hojas y pelos.
Una amenaza que sufre es el ataque de perros, y es perseguido cuando se acerca a los gallineros en busca de alimento. La pérdida, fragmentación y degradación del bosque nativo y los incendios forestales generan grandes problemas para esta especie. Por esta razón, en Argentina está declarado como “vulnerable”.
En el Parque Nacional Lanín se ha registrado su presencia en bosques húmedos de las cuencas Quillén, Hua Hum, Huechulafquen y Tromen.
Los registros y fauna de valor especial de todas las Áreas Protegidas son unificados y analizados en el S.I.B. (Sistema de Información de Biodiversidad). El S.I.B. se creó con el fin de iniciar un proceso de recopilación, clasificación, ordenamiento y puesta a disposición de la comunidad, de la información de carácter biológico de las áreas protegidas bajo la jurisdicción de la APN y su posterior extensión al resto del país.