Los esfuerzos por fomentar el turismo en la provincia del Chaco, la corriente de protección animal que envuelve al mundo entero y el arraigo indígena de esta parte del mundo no parecen haber importado. La barbarie se impuso por sobre cualquier tipo de reflexión o razonamiento. Y aunque suene brutal para gran parte de la humanidad, quizá es moneda corrientes en lugar largamente excluidos como el interior chaqueño. Sólo que esta vez, hubo una testigo.
Inés Sequeira es el nombre de la turista francesa que, deslumbrada por sus lectoras e investigaciones sobre El Impenetrable Chaqueño, decidió realizar un viaje al interior del Chaco. Allí, como jamás sospechó, viviría uno de los momentos más angustiantes de su vida: presenciar como un grupo de hombre mató a hachazos a un tatú carreta.
Todo ocurrió cuando Inés volvía de una visita a Misión Nueva Pompeya, mientras viajaba en un ‘transporte’ de la zona. Más precisamente en una camioneta ford, blanca, con patente terminada en 555 y cuyas letras no se pudieron confirmar por el momento.
Por azar cruzaron a un tatú carreta mientras este atravesaba el camino. El hallazgo, pintoresco a prori para un turista que llegó al Chaco maravillado por la naturaleza salvaje, derivó en una cacería sangrienta. ‘Detuvieron la marcha y descendieron’, contó Inés más tarde.
‘Nos encontrábamos en viaje, cuando a eso de las 11 vimos pasar dos tatúes al lado de la ruta. Los conductores pararon la camioneta y entraron al monte persiguiendo a los tatúes, mientras los pasajeros esperábamos pensando que solo habían corrido para poder ver a los animales’, relata la turista francesa.
Pero uno de los hombres volvió a la camioneta y buscó un hacha, lo que motivó a los pasajeros de la camioneta a salir a ver. Dentro del monte encontraron la dantesca imagen: estaban matando a hachazos al animal. ‘Uno de ellos estaba agarrando al animal por la cola. Fue algo muy bárbaro. Mientras el animal intentaba escapar y meterse en la cueva, primero lo estiraron de la cola y luego de las patas’, detalló la mujer en una nota publicada por el diario Norte.
Según contó Sequeira, con dos o tres golpes el animal quedó ‘neutralizado’. ‘El animal ya estaba neutralizado, pero todavía respiraba. Entonces lo cargaron y lo tiraron en la ruta para luego cargarlo en la parte de atrás de la camioneta. Todavía estaba vivo, sufriendo’, graficó la turista.
‘En la camioneta lo arrojaron panza arriba. El tatú se revolvía varias veces intentando darse vuelta, pero no pudo’, describió.
Hace años que no se los encuentra cerca de asentamientos humanos. Aün así, es perseguido por los cazadores para consumir la carne. Y también se lo captura para llevarlo a los zoológicos, museos, coleccionistas, o bien para ocupar el caparazón como caja de resonancia.
El tatú carreta es el más grande de los armadillos que aún viven. Mide alrededor de 1,5 metros de longitud, desde el hocico a la punta de la cola y suele pesar 60 kilos.
Tras las fotos sacadas por Inés Sequeira, el caso es investigado por la División Rural de la Policía del Chaco y a la Dirección de Fauna de la provincia. Aunque por el momento no se informó que se haya detenido a ninguno de los tres hombres, pese a que sería personajes conocidos en El Sauzalito.
24 Siete