Medio centenar de activistas semidesnudos, en ataúdes y con cuernos en la cabeza celebraron este viernes un ‘funeral’ en la plaza Consistorial de Pamplona para mostrar su rechazo a los encierros y a la muerte de 48 toros durante las fiestas de San Fermín, que comenzaron este sábado.
El medio centenar de participantes se han desplazado desde distintos puntos de España y algunos de ellos de otros países como Inglaterra o Francia hasta la capital navarra. Los antitaurinos han protestado colocándose dentro de 48 ataúdes de cartón pintados de negro y portando carteles en varios idiomas contra el maltrato animal.
La protesta ha sido organizada por 13º año consecutivo por AnimaNaturalis y por People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) para llamar la atención sobre el ‘sufrimiento y la muerte’ de los toros en Sanfermines.
Con esta movilización pretenden que todos los que acuden a los Sanfermines se ‘pongan en la piel’ de los toros que ‘sufrirán pánico, dolor y muerte durante los encierros y en la plaza de toros’, según ha declarado la ONG AnimaNaturalis.
La directora de la organización AnimaNaturalis en España, Aida Gascón, que colabora en la organización de la protesta anual en Pamplona, ha expresado su deseo de acabar con los encierros argumentando que ‘cada día seis toros serán perseguidos y acosados por callejones para llegar asustados y extenuados a la plaza y continuar con la tortura y ser asesinados por la tarde sin justificación alguna’.
Gascón ha declarado que la finalidad de esta protesta es que ‘la gente sea consciente de lo que significa el disfrutar de unas fiestas que implica el maltrato de animales’, y ha manifestado la esperanza de que ‘San Fermín se celebre de una forma ética y consecuente con los valores de esta sociedad ya que más del 70 por ciento de la sociedad rechaza el maltrato animal’.
Como solución la directora ha aportado que ‘los encierros tendrían que ir transformándose, desarrollándose de forma que no se utilicen animales’. Y ha añadido que su retransmisión televisiva se debe al ‘morbo’ y a la ‘inconsciencia’ de la audiencia.
El Huffington Post