Ha sido bautizado como Wunyelfia maulensis (“lagarto de la estrella del alba del Maule”, que hace alusión a la Wünelfe del Pueblo Mapuche, la estrella de nueve puntas, es un homenaje a la cosmovisión mapuche por parte del equipo de investigación) y se trata de un miembro de Aristonectinae, un grupo de plesiosaurios de la familia Elasmosauridae.
Vivió hace aproximadamente 67 millones de años durante la etapa maastrichtiana del período Cretácico. Es el segundo representante de este grupo conocido hasta la fecha en el sureste del Pacífico durante la etapa maastrichtiana tardía.
“Los Aristonectinae eran un linaje monofilético de plesiosaurios elasmosáuridos morfológica y ecológicamente distintos de otros elasmosáuridos típicamente de cuello largo”, explican los paleontólogos Rodrigo Otero y Sergio Soto-Acuña de la Universidad de Chile que firman el estudio que recoge la revista Cretaceous Research.
“Los primeros se caracterizaron por la adquisición de cráneos agrandados, un mayor número de dientes, así como cuellos acortados y engrosados, que se extendieron principalmente a lo largo de la provincia de Weddell durante el Cretácico tardío”.
Su pariente más próximo es el Aristonectes parvidens, hallado en la década de 1940 en la Patagonia argentina, y del que se conoce solo parte del cráneo, el cuello y fragmentos de una aleta y cola.
“Son frecuentes en el Maastrichtiano del hemisferio sur, con ocurrencias en la Patagonia argentina, centro y sur de Chile, Nueva Zelanda y Antártida. El creciente cuerpo de evidencia muestra actualmente que entre los plesiosaurios elasmosáuridos australes, al menos un linaje monofilético (Aristonectinae) alcanzó una diversidad provincial con formas endémicas en la Antártida, Nueva Zelanda y el sur de América del Sur durante el Cretácico Superior”, aclaran los expertos.
El esqueleto postcraneal parcial casi adulto de Wunyelfia maulensis fue recuperado de los niveles superiores de Maastrichtiano de la Formación Quiriquina en el centro de Chile.
“El esqueleto estudiado fue recuperado de estratos expuestos en la localidad de Mariscadero, al sur de Pelluhue, 320 km al suroeste de Santiago”, comentan los investigadores.
“La muestra se encontró 20 cm por encima de un segundo esqueleto postcraneal parcial de un elasmosáurido indeterminado”. “Su tamaño pequeño, casi adulto, difiere de las formas coetáneas más grandes descritas anteriormente en América del Sur, particularmente Aristonectes parvidens y Aristonectes quiriquinensis, con longitudes estimadas de más de 10 metros”, señalaron. Las aristonectinas parecen haber explotado un nicho trófico único no registrado entre otros plesiosaurios.
“La presencia de Aristonectes y Wunyelfia durante el Maastrichtiano tardío del centro de Chile puede correlacionarse con un ecosistema altamente productivo capaz de soportar una diversidad taxonómica dentro de este ecomorfotipo distintivo”, dijeron los científicos.
“Más estudios sobre este nuevo taxón y otras aristonectinas tempranas serán clave para comprender el origen y la evolución de este singular clado de elasmosáuridos”.
Como curiosidad, en Chile los fósiles son propiedad del estado y cualquier excavación debe contar con la debida autorización. En este caso, el material óseo fue excavado a principios de los 90 por amateurs y sin contar con técnicas adecuadas para la extracción de fósiles, por lo que se ha perdido mucha información en el camino.