Los barcos pueden cargar bastante menos cereal debido a la bajante del río Paraná y la disminución de calado en los puertos de la zona de San Lorenzo, Puerto San Martín y Timbúes, al norte de Rosario, lo que obliga a que el lecho del río deba ser dragado continuamente para que los buques puedan circular
Este sábado, el hidrómetro del dique dos del puerto local marcó 24 centímetros, el nivel más bajo en medio siglo. Lo peor es que el Instituto Nacional del Agua (INA) no prevé una mejora sensible en los próximos meses para este cauce. Desde 1970 que el río no alcanzaba esta marca, en bajante. Desde el domingo, cuando el río registró el nivel mínimo de los últimos 50 años (0,45 metros), el Paraná descendió 0,21 metros.
Los nuevos pronósticos del Instituto Nacional del Agua (INA) dicen que el río podría alcanzar valores negativos, tanto que –se estima- el 29 de junio podría marcar -0,15 metros. El informe sobre “situación hidrológica” del mismo organismo destaca que “la tendencia descendente llevaría el nivel al orden de -0,05 metros para el 10 de julio”.
Para que nadie dude de la situación que se prevé para lo que resta del año, el informe del INA señala: “No se espera una mejora sensible en los próximos meses. El mes de julio será especialmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, especialmente la captación de agua fluvial para consumo urbano”.
Desde el instituto explicaron que el caudal que ingresa al tramo argentino del río Paraná es “un 40% el valor promedio de junio de los últimos 25 años” y predomina “la tendencia descendente en todo el tramo”. En ese sentido, y con la tendencia prevista, el INA apunta que “todo el tramo del río Paraná en territorio argentino alcanzaría niveles similares o peores que los registrados en 1944, el año más bajo del río en la historia desde 1884”.
Los especialistas coinciden en señalar que todo el ecosistema está en riesgo por la bajante del Paraná. El fenómeno, que comenzó el año pasado, afecta la reproducción de peces, la navegación, el lecho y hasta la estabilidad de las barrancas.
La causa de semejante situación se origina en la sequía que comenzó el año pasado en Brasil y que en lugar de equilibrarse en la normal temporada de lluvias se extendió durante 2021. Apenas hubo un repunte del caudal en los primeros meses de este año para volver a retomar la onda de bajante hasta perforar los niveles críticos.
En tanto, este comportamiento anómalo del río Paraná es atribuido al fenómeno de “La Niña”. El persistente período de sequía se mantiene y está causando todo tipo de problemas, desde dificultar la reproducción, alimentación y supervivencia de peces –y por añadidura de toda la fauna que depende de ellos– hasta el sobredragado del canal para mantener la navegabilidad de los buques de gran porte –situación denunciada por ONG ambientalistas que puede ser la causa de los desmoronamientos en las costas– y la captación misma para potabilización del agua.
Las bajantes recordadas
La medida más baja de la historia sobre cero es la que se midió hace 51 años. En septiembre de 1970 el río Paraná alcanzó los 0,20 metros en el puerto Santa Fe.
Si lo peor está por venir, es conveniente alertar que el descenso del nivel del Paraná en todo su curso medio e inferior continuará a la baja. A tal punto que, los especialistas del INA indicaron que en dos semanas se alcanzaría el cero.
Otra baja histórica ocurrió en octubre de 1969 con una marca negativa en el puerto local de -14 centímetros y -12 centímetros. Y en 1940 alcanzó el metro bajo cero. Agosto, setiembre y octubre son los meses en que durante 1944, 1969 y 1970 se han pronunciado las bajas históricas que han llegado a cero o menos.
Con relación a otras las bajantes históricas del río Paraná en el puerto Santa Fe, según los registros del Centro de Informaciones Meteorológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), se destaca 2009 con 1,53 metros como la medida más baja de este siglo hasta hoy; y le sigue el 2001 con 1,60 metros; y el 2000 con 1,82 metros, al igual que hoy. En la última década, otros puntos bajos fueron en 2018 con 1,86 metros; 2012 con 1,99 metros; 2013 con 2 metros; y 2010, 2014, 2015, 2016 y 2017 con mínimas que no superaron los 2,67 metros.
Las causas
Según José Luis Aiello, asesor de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR, el descenso de los niveles del río Paraná, y, específicamente, en el Gran Rosario, se debió a un bloqueo de las precipitaciones en Brasil; es decir, a un periodo prolongado sin lluvias debido a la instalación de un centro de alta presión.
Este fenómeno es similar al que provocó la grave sequía que afectó al campo argentino en la campaña 2017/2018.