Científicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte han anunciado un nuevo e interesante sistema para eliminar el dióxido de carbono de las emisiones de gases de combustión, que crearía una sustancia reutilizable. Se trata de una lámina de algodón tratado, que convierte el gas CO2 en bicarbonato.
La versión actual del filtro de gases de combustión creada por los investigadores, comenzó por sumergir una hoja de algodón de dos capas en una solución líquida que contenía un material derivado de los crustáceos conocido como quitosano.
El quitosano servía de pegamento y permitía añadir como recubrimiento una enzima natural llamada anhidrasa carbónica.
Esa enzima acelera una reacción en la que el CO2 y el agua se combinan para formar bicarbonato.
El filtro completado se enroscó en una espiral, que luego se introdujo en un tubo. A continuación, se bombeó una mezcla de aire compuesta por CO2 y nitrógeno (simulando las emisiones de gases de combustión) a través de ese tubo, junto con una solución a base de agua. Al reaccionar con el agua y la anhidrasa carbónica, gran parte del CO2 se convirtió en bicarbonato líquido que bajó por el filtro y salió del tubo, donde se recogió.
Cuando se bombeó el aire a través del tubo a una velocidad de 4 litros por minuto, se recogió el 52,3% del CO2 de ese aire utilizando una sola hoja del material de filtración. Cuando se apilan y retuercen dos láminas, esa cifra aumenta hasta el 81,7%. Incluso después de ser lavado y secado cinco veces, el material conservó gran parte de su funcionalidad.
No obstante, los científicos aún tienen que determinar qué tan bien funcionaría una versión ampliada de la tecnología en una chimenea de gases de combustión real, donde las tasas de emisión de gases pueden superar los 10 millones de litros por minuto.