La eficiencia energética cada vez adquiere una mayor importancia. Y no es para menos, puesto que consumir menos energía no solo afecta positivamente al bolsillo en plena época de crisis económica. Por si fuera poco, también beneficia al ecosistema, reduciendo drásticamente la huella de carbono que tan nociva es para el medio ambiente.
¿Sabías que hay un certificado que está directamente relacionado con la eficiencia energética de la que estamos hablando? En efecto, nos referimos al certificado energético. Hoy profundizaremos en él con tal de averiguar exactamente qué es y para qué sirve.
Qué es el certificado energético
Básicamente se trata de un informe que tiene oficialidad, el cual procede a ser redactado por un profesional. Dicho especialista es un técnico que se encarga de recopilar, de manera objetiva, una serie de datos relacionados con la vivienda en cuestión. En concreto, toda la información obtenida se refiere al consumo de la energía por parte de dicho inmueble.
Son varias las tareas que lleva a cabo el técnico. Dos de las más importantes consisten en estudiar cada característica de la vivienda que va a ser certificada, encargándose posteriormente de analizar la información que ha obtenido. Acto seguido es capaz de asignarle a ese inmueble una etiqueta dependiendo de si es mucha o poca la cantidad energética que consume a diario.
Conviene destacar el hecho de que el certificado energético cuenta con un total de siete niveles. El técnico, en base a la información que previamente recopila, pasa a determinar si la vivienda será certificada como clase A, B, C, D, E, F o G.
La primera de las letras es la que da a entender que ese inmueble es lo más eficiente posible a nivel energético. A medida en que se va llegando a la letra F el grado de eficiencia disminuye paulatinamente. Para que te hagas una idea, una vivienda recién construida en la que se utilizan placas fotovoltaicas y que cuenta con un muy buen aislamiento térmico es posible que tenga un certificado energético de A, pero una con medio siglo a sus espaldas y que está de origen probablemente se califique con una F o incluso una G.
Para qué sirve el certificado energético
Este certificado que acabamos de describir ha de estar en posesión de todos los propietarios de una vivienda, puesto que cuando vayan a alquilarla o venderla deberán presentar dicho documento. Así lo determina una ley europea.
El certificado energético es muy útil para saber no solo cuánto consume una vivienda, sino también la cantidad de CO2 que acaba emitiendo a la atmósfera.
Cada vez son más numerosos los inquilinos y compradores que, antes de decidirse por una vivienda, tienen muy en cuenta la calificación obtenida en el certificado energético. Una A, B o C suele animar a dichos usuarios a decantarse por esa opción, mientras que si la letra es una D o una E las dudas empiezan a apoderarse más del susodicho. Por otra parte, la F y la G dan a entender que el medio ambiente sufre las consecuencias de ocupar esa vivienda, mientras que el bolsillo se resiente por consumir una excesiva cantidad de energía.
Cuánto cuesta el certificado energético
Debido a la obligatoriedad de obtenerlo en España, es comprensible que el precio del certificado energético sea un aspecto que preocupa a muchos propietarios. Si también es tu caso has de saber que no es un desembolso estratosférico, sino más bien todo lo contrario.
Ciertamente en el momento en que empezó a ser obligatorio el gasto a realizar sí era considerable, rondando los doscientos euros. Por suerte, hoy en día existe la posibilidad de conseguirlo por un precio que supera por poco los treinta euros.