El Niño es un evento de climático relacionado con el calentamiento de las aguas del océano Pacífico.
Se manifiesta en ciclos erráticos, es decir, no ocurre siempre con la misma frecuencia aunque suele verse en algún punto cada tres u ocho años.
En sus manifestaciones más intensas puede generar lluvias torrenciales que luego producen inundaciones y deslaves. De manera general, los años afectados por El Niño suelen ser los más calurosos.
Diferencia con “La Niña”
El Niño además es la contrapartida de otro fenómeno climático, el de La Niña, que tiene que ver con un enfriamiento de las aguas.
Según los meteorólogos, el efecto de La Niña más reciente comenzó a finales de 2020 y acaba de terminar.
¿Qué se espera en 2023?
Curiosamente, los últimos ocho años fueron los más calurosos de los que haya habido registro en los Estados Unidos, pese a que casi tres de ellos vieron el impacto de la Niña.
Con este antecedente, y ante el comienzo del fenómeno del Niño, preocupa a los científicos cuánto pueda llegar a subir la temperatura este verano.
“El fenómeno del Niño seguramente lleve a temperaturas récord de calor en todo el mundo, incluido los Estados Unidos”, indicaba Michelle L’Heureux, científica del NOAA.
Este fenómeno además exacerba el cambio climático. En el norte de los Estados Unidos y sur de Canadá, generalmente trae un clima más caliente y más seco de lo normal.
Esto se suma a una primavera que ha sido más calurosa de lo normal, haciendo que los incendios forestales sean más propensos que de costumbre.
En el sur de los Estados Unidos el pronóstico indica que El Niño traerá aún más lluvias, a una zona que ya viene lidiando con inundaciones.
Los drenajes del agua de esta región, se vieron colapsados ante las tormentas de los últimos años, y se espera que se den de manera más frecuente.
La buena noticia es que, generalmente, cuando se está atravesando este fenómeno, los huracanes son menos propensos a desarrollarse en el océano Atlántico.
Sin embargo, el pronóstico de huracanes no es más bajo que el promedio, como en otros años con El Niño, debido a que el agua en el Atlántico también está más caliente que lo normal.