La historia del inventor de 88 años que creó una innovadora turbina eólica para balcones y ganó una medalla de plata en el Concurso Lépine demuestra que nunca es demasiado tarde para ser creativo.
Robert Cassegrain jubilado francés acaba de ganar una medalla de plata en el Concurso Lépine por su turbina eólica para balcones.
Robert no es nuevo en el mundo de las invenciones, ya que ha creado otros inventos relacionados con la jardinería y la cocina. Pasa su vida dirigiendo su empresa de eventos y, especialmente, inventando herramientas útiles y originales. ¿La jubilación? Ni siquiera lo tiene en mente.
Robert siempre ha buscado crear herramientas prácticas que faciliten la vida cotidiana. A los 88 años, una vez más, ha destacado al ganar una medalla de plata en el Concurso Lépine. Esta no es la primera vez que Robert Cassegrain se destaca por sus inventos. Cuando era joven, inventó un molde patentado (CH647139A5) para simplificar la preparación del jamón en paño, inspirado en el oficio de su madre.
“Vendí un lote de 3.000 moldes a Paul Prédault, una empresa especializada. Posteriormente, su uso se extendió ampliamente”, aseguró Robert Cassegrain.
Después de trabajar en la industria de la carne, Cassegrain convirtió su fábrica en un salón de recepción que ofrecía servicios de catering para eventos. Pero en su tiempo libre, se dedica a su jardín, donde continúa inventando. Una pala para trabajar la tierra sin esfuerzo, un rastrillo que permite sembrar de forma recta y ahora una turbina eólica para balcones. ¡La invención que le valió una medalla en el concurso de inventores a los 88 años!
Turbina eólica para balcones
La última invención de Robert consiste en una turbina eólica para balcones, inspirada en los paneles publicitarios giratorios que cambian con el viento.
Observándolos, el inventor se dio cuenta de que utilizando la superficie de una mesa, podía dirigir el flujo de aire y hacer que ganara más velocidad. Para su mente creativa, fue una oportunidad para pensar en un sistema que pudiera aprovechar la energía eólica. Así es como imaginó un deflector para dirigir el viento hacia el rotor. Con esta invención, el mástil de la turbina eólica se vuelve innecesario. Por lo tanto, sería posible instalarla en un balcón, por ejemplo.
Para demostrar que su mecanismo es eficiente, el inventor utiliza un modelo a escala con fines de demostración. Un ventilador hace girar la hélice a una velocidad de 20 rpm. Luego, cuando se levanta la lámina que sirve de deflector, la velocidad se triplica.
Lo uso en mis salones de recepción para calentar mi oficina y el vestíbulo de entrada. Está conectado a 4 baterías de 12 V y puedo obtener una potencia de 3 a 4 kW. Robert Cassegrain
Su turbina eólica se describe como un dispositivo de terraza que aprovecha la compresión del viento. El modelo presentado es de tamaño reducido. Si se llegara a industrializar, sería cuatro veces más grande. A los 88 años, el inventor no lanzará él mismo la producción de su invención, pero según él, un empresario ya ha mostrado interés.