Una aplicación móvil evita encuentros entre pescadores y mantarrayas gigantes para ayudar a su conservación

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La bióloga Kerstin Forsberg, quien trabaja desde hace casi una década para salvar a las mantarrayas gigantes, sabe que la supervivencia de estas espectaculares criaturas oceánicas no depende de ella sino de las poblaciones locales de su Perú natal. De los líderes sociales, de los pescadores, de los niños. Por eso trabaja para empoderarlos.

“La organización Planeta Océano lo que busca es conservar el mar, pero a través de la gente; empoderando a las personas desde la investigación, desde la educación ambiental y desde el desarrollo sostenible”, cuenta al portal CNN Español Forsberg, quien desde 2014 trabaja por la preservación de las mantarrayas gigantes y otras especies en las aguas de Perú.

Las mantarrayas gigantes en peligro de extinción

Las mantarrayas gigantes, catalogadas como en peligro de extinción a nivel mundial, han sido víctimas de quienes buscan su carne y sus branquias, muy codiciadas. Pero también han enfrentado, y enfrentan, otra gran amenaza que es la pesca incidental: los pescadores lanzan las redes en busca de otras especies y ellas quedan atrapadas en el proceso. Así lo explica Forsberg: “Hemos visto que las mantarrayas tienden a estar mucho en la superficie, y eso genera una mayor interacción con las redes de pesca, y terminan enmallándose. Eso genera un impacto para la manta, por supuesto, que al final termina muriendo. Y al final también genera un impacto para el pescador artesanal”.

Por eso Planeta Oceáno, fundada por Forsberg, ahora está ayudando a los pescadores a través de una aplicación llamada EarthRanger, que fue desarrollada por el Allen Institute for Artificial Intelligence.

“Estamos equipando a los pescadores artesanales con celulares para que ellos en tiempo real puedan no solamente reportar su pesca, sino también reportar avistamientos, y no solo de mantarrayas gigantes, sino también de otras especies de megafauna marina como tiburones ballena, como tortugas marinas, como aves, como mamíferos marinos que se ven muchísimo”, explica Forsberg. De esa manera, los pescadores pueden alertar en directo a sus compañeros dónde están los ejemplares de estas especies y evitar que caigan en sus redes por error. Además, estos reportes permiten generar mapas sobre las áreas críticas para la preservación de las mantarrayas gigantes, una de las más icónicas de las cerca de 540 especies de mantas que habitan en océanos, cuerpos de agua dulce y arrecifes, según las cifras que maneja la organización WWF.

Para la bióloga es notable cómo los pescadores artesanales están apropiándose de la tecnología para su trabajo. Ellos, a su vez, salen ganando con este cuidado extra ya que las mantarrayas, dijo a CNN en Español Antón Matallana, dañan las redes que necesitan para pescar y cuya reparación es muy costosa.

La misión: conectar

A Forsberg, originaria de Perú, nadar junto a las mantarrayas le encanta. “Te transforma. Un encuentro con una manta, un encuentro con el océano en general, te transforma”, dice sobre esta espectacular especie que alcanza los siete metros de largo y nada hasta los 1.000 metros de profundidad. Para ella, ver una manta nadando es vida, es movimiento, es esperanza.

Sin embargo, ese no es ahora el foco de su trabajo. El foco de su trabajo se puede resumir en una palabra: conectar.

“Mi rol es el de conectar. Lo que yo busco es conectar. Conectar al artista con el alumno, conectar al científico o al que está generando tecnología con el pescador, conectar a las autoridades con los jóvenes que están generando cambio… Generar ese espacio para conectar”, explica. A través de esas conexiones trabaja con los líderes locales que son, a su juicio, la pieza clave para un cambio sostenible. A través de ellos, señala, es que se puede empoderar a las comunidades y generar un efecto multiplicador de las buenas acciones.

El océano, sostén de nuestra vida

Los océanos, tal como explica el programa de Medio Ambiente de la ONU, impulsan los sistemas que hacen que la Tierra sea habitable. Inciden en el clima, en buena parte de nuestra comida e, incluso, en el oxígeno que necesitamos para poder respirar. De su conservación depende todo el planeta.

“Es la fuente de vida en este planeta. (…). No podríamos estar vivos ninguno de nosotros si no existiera un océano. El océano es el sostén de nuestra vida. Y sin embargo lo conocemos muy poco”, reflexiona al respecto la conservacionista. Por eso, concluye, todos debemos poner de nuestra parte para su cuidad. “Todos somos parte de este Planeta Océano”.

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