Así son las baterías de Bill Gates: usan carbono y almacenan la energía a 2.000 grados

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Antora Energy, es una start-up estadounidense financiada en parte por Bill Gates, la cual esta preparando el despliegue de baterías de calor empaquetada en un contenedor y diseñada específicamente para almacenar energías renovables al menor costo posible. Según esta compañía, el sistema puede alcanzar hasta los 2.000 grados centígrados, abriendo su uso a un gran abanico de aplicaciones industriales demandantes de calor.

El sistema propuesto por Antora Energy se sustenta en una serie de pilares fundamentales que Andrew Ponec, CEO o cofundador de la compañía, listó en una publicación en febrero del año pasado. El primero tiene que ver con el reducido costo de la materia prima para la fabricación de los bloques de carbono, situándose como una de las “menos costosas de las disponibles” debido a que se trata de un subproducto de desecho de otros procesos industriales. El costo estimado por kWh es 50 veces menor que el equivalente en litio.

Según ha explicado David Bierman, cofundador de Antora Energy, “tomamos la energía cuando es más barata, cuando las ráfagas del viento son más fuertes y el sol brilla con más intensidad”, para añadir que “pasamos esa electricidad a través de un calentador resistivo para aumentar la temperatura de un material muy económico: bloques de carbono“, unos materiales que son “extremadamente estables, se producen a gran escala y se corresponde con uno de los materiales más baratos de la Tierra”.

La elección de los bloques de carbono no está hecha al azar. Además de barato, más que sus competidores directos que usan otros materiales, el carbono tiene una gran inercia térmica que le permite almacenarlo durante mucho tiempo sin grandes pérdidas. Los cálculos de Antora Energy indican que el sistema puede alcanzar hasta los 2.000 grados centígrados, abriendo su uso a un gran abanico de aplicaciones industriales muy demandantes de calor; como puede ser la acerera. Además, ese poder calorífico almacenado puede volver a convertirse en electricidad mediante paneles termofotovoltaicos supereficientes en los que también están trabajando.

Además, el carbono sólido está, por el momento, libre de limitaciones en la cadena de suministro; a parte del hecho de que, según Bierman, “el carbono tiene las mejores propiedades físicas de su clase, que incluyen alta conductividad térmica, alta emisividad, excelente resistencia al choque térmico, alta conductividad eléctrica y alta resistencia mecánica”.

Destaca además la simplicidad de la producción de bloques, la elevada densidad energética, el bajo coste de almacenamiento y la larga lista de aplicaciones, entre las que destacan las industrias cementera, acerera y la química; que requieren altas temperaturas.

El sistema de Antora Energy puede proporcionar calor a más de 1.500 grados para respaldar la producción industrial o bien servir como almacenamiento de electricidad al uso. “La ventaja final de la estabilidad extrema de la temperatura del carbono está relacionada con la transferencia de calor”, afirma Ponec.

A 2.000 grados, más del 99 % de la transferencia de calor se produce a través de la luz, no por conducción ni convección. A principios de este mismo año, Antora Energy abrió una nueva fábrica que será capaz de producir 2 megavatios de sus células termofotovoltaicas cada año; lo que, según la compañía, la convierte en la instalación más grande del mundo de su tipo.

Ahora solo falta conocer si esta nueva tecnología financiada por Bill Gates podrá ser aplicada en un futuro a las baterías de los coches eléctricos, abaratando la producción y mejorando sus prestaciones.

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