Un proyecto para minimizar el impacto ambiental causado por el pez león a los ecosistemas costeros en el mar Caribe, se desarrolla en Cuba, como parte de una estrategia para controlar esa especie.
Antonio Vega, especialista del Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales, relató a la Agencia de Información Nacional de Cuba, que esta variedad marina se caracteriza por un elevado índice de reproducción y crecimiento, alimentación voraz y ausencia de depredadores para regular las poblaciones.
Explicó que el pez león tiene un impacto negativo sobre la pesca, pues su dieta fundamental se basa en pequeños crustáceos como camarones, langostas y pulpos.
La especie perjudica además la reproducción de los géneros endémicos de las costas, porque se alimenta de larvas, huevecillos y ejemplares pequeños, añadió.
Este pez afecta el equilibrio de los ecosistemas, pues se nutre también de plancton, un componente fundamental para la supervivencia de corales, anémonas, medusas y otros invertebrados.
En la actualidad, en la provincia se desarrollan varias acciones para controlar la diseminación de la especie, entre ellas el monitoreo constante de los hábitos reproductivos de las colonias.
A estas acciones, agregó, se suma el análisis periódico del estómago de peces capturados, a fin de profundizar en los componentes de su alimentación.
La proliferación del pez león en el mar Caribe en los últimos diez años es una amenaza real y creciente para la ecología de las zonas marinas tropicales y subtropicales de la región.
El impacto se produce primero al nivel ecológico, que afecta a las poblaciones de peces y crustáceos y perturba el equilibrio del ecosistema, luego viene un impacto económico derivado de los efectos sobre la pesca y de la fuente de proteínas para las comunidades costeras, así como el turismo por la degradación de sus atractivos sitios naturales.
No sólo reduce la abundancia y la diversidad de peces de arrecife que son la base del turismo de buceo, pero el tiene también espinas venenosas que representan un riesgo para los turistas que practican este buceo.
Por lo tanto la calidad de vida de las comunidades costeras se ve seriamente amenazada por la presencia de esta especie invasora que tiene, y seguirá teniendo, obviamente un impacto económico sobre actividades comerciales de gran importancia, como el turismo y la pesca.