Amazon afirma que fue el mayor comprador corporativo de energías renovables del mundo en 2023 y que ha invertido en más de 100 nuevos proyectos de energía solar y eólica.
El gigante tecnológico llegó a más acuerdos de compra de energía (PPA) a nivel mundial que cualquier otra empresa el año pasado, según un análisis de BloombergNEF.
Esto significa que Amazon ha adquirido más energía limpia que cualquier otra empresa desde 2020, según BNEF. Aún así, la compañía todavía tiene trabajo por hacer para reducir sus emisiones y alcanzar las cero emisiones netas para 2040 (como ha dicho que va a hacer) y para ser mas transparente sobre sus credenciales ecológicas.
La compañía dice que hasta el momento ha respaldado más de 500 proyectos eólicos y solares en todo el mundo. Cando estén operativos, se espera que generen más de 77.000 GWh de energía limpia cada año, suficiente para alimentar a 7,2 millones de hogares.
Los proyectos de energías renovables de Amazon
Durante los últimos 12 meses, Amazon ha invertido en su primer proyecto brownfield (estos proyectos aprovechan instalaciones ya existentes para modificarlas o mejorarlas) para reutilizar una mina de carbón de Maryland (EEUU) y convertirla en un parque solar. También respaldó su primer desarrollo de energía renovable en Corea del Sur, junto con una de decena de esquemas similares en el estado de Texas.
En Europa, anunció 39 nuevos proyectos de energía renovable, añadiendo más de 1 GW de capacidad de energía limpia en 2023. Actualmente, la tecnológica es el mayor comprador corporativo de energía renovable de Europa y Reino Unido.
Estos proyectos “ya están ayudando a alimentar los centros de datos de AWS, los centros logísticos de Amazon, las tiendas físicas y las oficinas corporativas, al mismo tiempo que proporcionan nuevas fuentes de energía limpia a las comunidades locales donde se encuentran los proyectos”, según un comunicado de Amazon. Su objetivo es que todas sus operaciones funcionen con energía renovable para 2025.
No obstante, hay quien acusa a la compañía de falta de transparencia. Por ejemplo, a diferencia de otras tecnológicas, Amazon no ofrece a los clientes una herramienta para elegir el centro de datos que utilizan en función de sus emisiones, ni publica la calificación energética de sus instalaciones.
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