La pérdida de hábitat, la escasez de fuentes de agua y el aumento en las olas de calor, son algunas de las causas de la muerte de más de 200 monos aulladores de manto (Alouatta palliata mexicana) en Campeche, Tabasco, Chiapas y Veracruz.
Al menos otros 17 ejemplares están bajo resguardo en la zona de la Chontalpa, en Tabasco.
Así lo informó el equipo científico conformado, entre otras personas, por el biólogo Braulio Pinacho Guendulain y Gilberto Pozo Montuy, doctor en Ciencias por el Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana, quienes atienden la emergencia en el sureste mexicano.
En entrevista con La Jornada, los especialistas dijeron que las autopsias realizadas a los monos muertos, análisis moleculares, de sintomatología y estudios clínicos de los rescatados y bajo observación, perfilan que la pérdida de hábitats habrían inducido un cambio en su alimentación, lo cual los mantiene con niveles bajos de masa muscular y de hidratación, que los hacen vulnerables a las altas temperaturas.
Advirtieron que en la zona permanecen en alerta ya que la temporada de calor continuará en los siguientes días. Aunque hay brigadas de recorrido para identificar a los vulnerables y darles atención médica, consideraron es insuficiente para atender la emergencia.
Las autoridades de Cunduacán y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conap) nos han apoyado con hospedaje, alimentación y equipo de trabajo, pero sería importante concretar apoyos adicionales para evaluar el estado de las poblaciones que sobreviven a esta contingencia y adquirir insumos médicos.
Pinacho Guendulain, biólogo por el Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca, dijo que los primeros informes en torno a la mortandad de monos aulladores los recibió el 15 de mayo, y un par de días después se trasladó a la Unidad Médica para la Atención de los Primates en Cunduacán, Tabasco, donde participa en la brigada de rescate.
Junto con otros especialistas, diariamente se interna en la región de la Chontalpa, en Tabasco, integrada por los municipios de Huimanguillo, Comalcalco y Cunduacán, para buscar especies vulnerables dentro de los fragmentos de bosque tropical.
En los 15 días de emergencia, ha participado en el rescate de 17, de los cuales siete son infantes (cinco machos, dos hembras), nueve adultos (tres machos, seis hembras), y un juvenil, pendiente de sexarlo.
Estos primates fueron rescatados en estado comatoso, con problemas para respirar y una mirada extraviada.
Braulio Pinacho señaló que la causa de esta mortalidad podría estar relacionada con la pérdida de superficie y la calidad del hábitat, que comenzó a disminuir drásticamente desde 1970, cuando se impulsó un plan de desarrollo económico basado en la ganadería, como una alternativa ante la pérdida del valor de las plantas de cacao.
Creemos que eso ha disminuido la calidad del hábitat, mientras las ondas de calor son cada vez más intensas.
Descomposición metabólica
Gilberto Pozo Montuy, director ejecutivo de conservación de la Biodiversidad del Usumacinta AC y quien junto con autoridades locales organizó un grupo de trabajo para atender la emergencia, señaló que esa deforestación permite a los rayos del sol penetrar en el bosque hasta el nivel del suelo y dejar a los monos expuestos al calor. Además, de que la pérdida de calidad del hábitat impacta en la composición de su alimentación.
La cantidad de taninos, metabolismos secundarios, y el contenido de agua en las hojas que ingieren no es la misma, entonces tenemos ejemplares en descomposición metabólica que los deja vulnerables a las altas temperaturas, destacó el especialista.
Para atender la emergencia, un grupo de primatólogos recorre la zona de la Chontalpa, donde se interna en los islotes de bosque para colocar bebederos aéreos con sueros, y frutos.
También hacen un barrido en la región, para observar poblaciones en libertad, y ubicar un área adecuada donde liberar a los animales que hasta ahora permanecen en resguardo.
De las más de 500 especies de monos identificadas en el mundo, en México existen tres: el mono aullador negro (Alouatta pigra), el mono araña (representado por dos subespecies, Ateles geoffroyi vellerosus y A. geoffroyi yucatanensis) y el mono aullador de manto (Alouatta palliata mexicana).
Ubicado en el sureste del país, el mono aullador de manto tiene un papel crucial para el equilibrio de los ecosistemas mexicanos.
Su importancia abarca aspectos ecológicos, ya que contribuye a la dispersión de semillas y controla el crecimiento de ciertas plantas culturales, porque su aullido es distintivo de los bosques tropicales y su presencia puede atraer turistas; y científicos, ya que son objeto de numerosos estudios para atender su comportamiento, ecología y fisiología.
A pesar de su importancia, los monos aulladores de manto enfrentan amenazas significativas debido no sólo a la pérdida de hábitat, sino a la caza, el tráfico ilegal de animales y ahora la onda de calor.
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