La ranita de Darwin, que habita en una región de la Argentina y Chile, es una especie única y con características muy especiales. Sin embargo, está en peligro de extinción y por eso es esencial preservarla.
Es una de las habitantes de los bosques húmedos de la zona andina. Pero hay profesionales que se dedican a localizarla, estudiarla y difundir la importancia de preservar su hábitat.
Cómo es la ranita de Darwin, una particular especie en peligro de extinción
La ranita de Darwin es una especie de anfibio anuro de la familia Rhinodermatidae. Es un animal endémico. En la Argentina, suele encontrársela tanto en la provincia de Neuquén y en Río Negro.
Fue descubierta en 1834 en un viaje que realizó Charles Darwin por la región patagónica, en la que encontró esta especie desconocida para ciencia en ese momento. Más de un siglo después, en los años 80, encontraron poblaciones en Argentina, en las zonas limítrofes con Chile, pero su presencia es cada vez menor.
Según detalló el biólogo de Bariloche Maximiliano Rocchi al sitio ANB, el animal tiene diversas características que la hacen especial. De cuerpo pequeño, que no supera los tres centímetros, su color puede variar entre el verde y el marrón.
Su forma se asemeja a la de una hoja, y debido a las tonalidades que adapta, se confunde fácilmente con el entorno, camuflándose a la perfección.
Cuáles son las amenazas de la especie
Por otra parte, aparece un hongo denominado quitridio, cuya presencia se detectó en los últimos años. “Afecta a distintas poblaciones de anfibios nivel mundial, y a algunas especies las está llevando a la extinción”, explicó el biólogo.
“Ataca la piel de los anfibios y dado que la mayoría del intercambio con el medio, se hace a través de la piel, no pueden realizar el proceso y terminan muriendo”, detalló.
Si bien no se sabe con exactitud si ese hongo está presente en la ciudad y cuál sería el alcance, es una posibilidad.
Cómo preservarla
Algunas recomendaciones que realizan los especialistas para proteger a la especie son:
- Transitar únicamente por los senderos habilitados para evitar pisar el hábitat de la ranita.
- Minimizar el riesgo de incendios: hacer fogatas solo en sectores habilitados y no tirar colillas de cigarrillos al suelo.
- No introducir especies ajenas al ambiente.
- Preservar la heterogeneidad del bosque: no cortar árboles ni retirar troncos caídos, ya que actúan como refugio.
- Si se la observa, no tocarla ni molestarla, ya que se le pueden transferir patógenos. Es importante dar aviso a un guardaparque.
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