Tras un fatídico 2024 con récord histórico de incendios en 17 años en la región, el reclamo de los habitantes de la Amazonía brasileña se hace escuchar.
Los habitantes de la región vivieron impotentes los embates del fuego, con más de 140.000 focos, de acuerdo con las cifras del Gobierno. “Vivimos semanas insostenibles”, reclaman los habitantes.
El reclamo de los habitantes de la Amazonía: “Insostenible”
“No conseguíamos salir a la calle porque no veíamos nada. El centro de atención médica estaba saturado por pacientes con dolencias respiratorias“, dijo a la AFP el profesor Zairo Gomes, de 51 años, uno de los líderes sociales de Breves, una de las ciudades más afectadas.
El medidor de la calidad de aire de la universidad federal de la ciudad marcó picos de 480 microgramos por metro cúbico de las nocivas partículas finas (PM2,5). Esto supera con creces la cota máxima de 15 en un lapso de 24 horas fijada por la OMS.
Breves es una empobrecida ciudad de 107.000 habitantes, cuya principal actividad reside en el puerto que conecta Marajó con Belém. En plena crisis, el desempleo crecía, ya que parte de la población también vive del cultivo de la fruta de açaí, básico en la alimentación paraense y gravemente afectados por el fuego.
“Derecho a respirar”
La ola de incendios hizo surgir una inédita movilización popular en la región. “Conseguimos algo muy importante: los ciudadanos empezaron a hablar de medioambiente, cambio climático e incendios criminales. Dejamos de sufrir pasivamente”, aseguró Gomes.
Así nació el colectivo “Breves pide socorro, por el derecho de respirar”, que se reúne periódicamente para incrementar la presión sobre las autoridades y evitar que el fuego vuelva a causar estragos cuando empiece en julio el periodo seco.
“Queremos más recursos para los bomberos locales”, piden. Es que los servicios de control del fuego están desbordados. “Y castigos para los responsables”, agrega Maria Leao, una partera de 50 años y activista del movimiento.
Cuáles son las zonas más afectadas
Pará, cuya capital Belém será sede en noviembre la COP30 de la ONU, fue el estado más afectado, con más de 56.000 focos.
Según los científicos, el calentamiento global es fundamental para esta expansión descontrolada de los focos de incendio. Vuelve la vegetación más seca y, por tanto, más proclive a arder.
Pero casi siempre están provocados por personas que buscan limpiar la tierra para el pasto o la agricultura, pese a las prohibiciones que rigen durante el periodo de sequía. Sin embargo, según denuncian, luego quedan impunes.
“Nos faltan recursos para combatir el fuego y detener a los responsables“, admitió a la misma agencia el teniente coronel Luciano Morais, en la sede de la policía militar de Breves.
Este año, “solo realizamos dos detenciones”, porque es “muy difícil probar” quién está detrás de los incendios, que suelen provocarse de noche, agrega.
A esas horas las fuerzas “no quieren entrar en el bosque. Y nadie quiere hablar”, por miedo o ignorancia, admite.
Récord de incendios y el llamado de la COP30 en Brasil: los desafíos
Esta situación ocurre mientras Brasil ya respira el aire de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre la lucha contra el Cambio Climático, la COP30, que se celebrará del 10 al 21 de noviembre de 2025 en Belém, Pará, en el corazón de la Amazonía.
Brasil, hogar de una de las mayores selvas tropicales del mundo, juega un papel esencial en la mitigación de los efectos del cambio climático.
La COP30 ofrecerá una plataforma para que el país muestre sus esfuerzos y compromisos con la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible. Además, destacará la importancia de proteger la selva amazónica para mantener el equilibrio del planeta.
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