El país se enfrenta cada año a lluvias torrenciales, pero en esta ocasión los estados más afectados, Kelantan y Terengganu han registrado precipitaciones durante más de dos semanas de forma ininterrumpida. En las áreas más azotadas por el temporal, pueblos enteros están sumergidos bajo el agua y han quedado aislados por los cortes eléctricos y de los sistemas de comunicación, según informa la agencia estatal Bernama.
Las autoridades han creado refugios improvisados para acoger a los miles de ciudadanos que han abandonado sus casas, mientras que los equipos de rescate se centran en hacer llegar comida y otros suministros hacia estos centros. El Departamento Meteorológico de Malasia ha advertido de más precipitaciones en los próximos días, si bien los mayores aguaceros podrían desplazarse hacia los estados de más al sur, incluyendo Johor, limítrofe con Singapur.
Las autoridades, que no han declarado el estado de emergencia, han anunciado una ayuda especial de 500 millones de ringgits (unos 117 millones de euros) para las víctimas de las inundaciones.
El primer ministro malasio, Najib Razak, pidió a los equipos de rescate intensificar los esfuerzos para hacer llegar la ayuda (que debe trasladarse mediante embarcaciones) lo más rápido posible. Razak tuvo que regresar antes de tiempo de sus vacaciones y este sábado inspeccionó las áreas más afectadas desde un helicóptero, habló con algunos de los damnificados y comió con ellos, según informó la prensa estatal.