El tortugo Jorge, que pasó 38 años en el acuario de Mendoza, volvió al océano después de un extenso proceso de rehabilitación. Además, se le colocó un rastreador satelital para monitorearlo.
Después de más de 40 años de cautiverio, el querido y popular tortugo Jorge volvió a su hábitat natural el viernes 11 de abril. El tortugo marino fue reinsertado en las aguas de Mar del Plata, luego de completar un proceso de rehabilitación que duró casi 4 años.
Tras varios días de espera, el regreso del animal al mar se concretó este viernes, ya que las condiciones meteorológicas permitieron que la operación se realizara con normalidad. El traslado al océano se realizó en un barco de Prefectura Naval, donde el tortugo fue introducido en el agua con la ayuda de un equipo de buzos.
Su reinserción se llevó a cabo de forma segura, siguiendo los protocolos requeridos para estos procedimientos.
El tortugo fue monitoreado en todo momento por especialistas
Además, a Jorge se le colocó un rastreador satelital desarrollado por investigadores del Conicet (quienes proporcionaron los transmisores). La Municipalidad de la Ciudad de Mendoza aportará el servicio de satélite para poder monitorear al animal. Estas señales se podrán registrar cuando Jorge salga a la superficie.
“Dependiendo del comportamiento del animal, la antena puede transmitir datos de posicionamiento que pueden brindar información útil para tener un dato más científico sobre la migración de estas tortugas. Tendremos que tener paciencia porque, si bien el sistema se chequeó hasta último momento y transmitió y marcó las posiciones a la perfección, depende de que Jorge saque su caparazón a la superficie. Con la marea tan movida eso se dificulta y las primeras señales pueden demorar”, explicaron los especialistas.
La historia del tortugo Jorge y su rehabilitación
El tortugo Jorge llegó a Mendoza en marzo de 1984, proveniente de Bahía Blanca y con 30 años (aproximadamente). Durante 38 años vivió en un estanque de este paseo (hoy cerrado y reconvertido en centro de conservación de biodiversidad), hasta que en octubre de 2022 fue trasladado al Centro de Rehabilitación de Fauna Marina en Mar del Plata.
Tanto durante el traslado como durante su estadía en Mar del Plata (que lleva más de 2 años), se ha mantenido contacto y trabajo coordinado entre las autoridades de la Ciudad de Mendoza y el centro de rehabilitación.
Al llegar a Mar del Plata, Jorge fue trasladado a un espacio más amplio, donde recuperó fuerzas y comenzó su entrenamiento para sumergirse. Inicialmente, la profundidad del agua era de un metro y medio, ya que las tortugas necesitan salir a la superficie para respirar. Jorge se adaptó rápidamente a este procedimiento y al agua salada, a la que había sido expuesto gradualmente en Mendoza.
Para estimular su instinto de caza, se introdujeron cangrejos en su hábitat. Posteriormente, se añadieron “chuchos” (pequeñas rayas), lo que lo obligó a competir por su alimento. A pesar de las dificultades, Jorge demostró que su instinto de caza estaba intacto.
Simultáneamente, como parte del enriquecimiento ambiental, se aumentó la capacidad de agua de su recinto a 150.000 litros, lo que equivale a 3 metros de profundidad.
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