Sin agua ni alimento. Hacinados en pequeñas jaulas para pájaros, en habitaciones sin ventanas ni ventilación. Desnutridos, anémicos, deprimidos y con infecciones contagiosas, parasitosis, micosis generalizada y en riesgo de muerte.
En esas condiciones, en la parte trasera de una vivienda de Valparaíso 1170, vivían 16 perros y 7 gatos; y así quedó constatado en un allanamiento ordenado por la Justicia. Ahora la Cámara de Apelaciones Penal de Rosario confirmó ‘íntegramente’ la sentencia del Juzgado Correccional Nº 3 de junio pasado que condena a la dueña de la casa, Ana María Wehrli, a la pena de seis meses de prisión en suspenso por ‘malos tratos y actos de crueldad con los animales’, delitos previstos en la ley Sarmiento.
La causa se inició con la denuncia radicada por la presidenta de la Asociación Civil Protectora Rosario, Verónica López Nordio, que se presentó en la justicia a partir del relato de dos jóvenes que habían adquirido en esa vivienda un cachorro de 35 días que presentaba un cuadro infecto-contagioso, y que plantearon las condiciones ‘de cautiverio’ en que allí estaban alojados los animales.
Al planteo se sumaron los testimonios de vecinos que no sólo dijeron que en la puerta de la casa se vieron carteles que anunciaban la ‘venta’ de los animales, sino además testimonios de una mujer que dijo haber comprado un salchicha que murió a los pocos días por un virus preexistente, e incluso de vecinos que aseguraron haber visto ‘cachorros de perros salchichas muertos en un contenedor’.
Cautiverio y muerte. Fue a partir de esos relatos y testimonios presentados por la Fiscalía que se ordenó el allanamiento a la vivienda, y el escenario encontrado fue macabro.
Los perros y los gatos no tenían agua ni comida suficiente, estaban encerrados y hacinados en jaulas pequeñas para pájaros que se amontonaban en una habitación trasera de la vivienda, sin ventanas ni ventilación, y produciendo un olor nauseabundo.
Médicos veterinarios constataron además que en las jaulas se mezclaban animales sanos con animales que padecían infecciones contagiosas, en estado de desnutrición, con parasitosis y micosis generalizadas, con deshidratación grave, debilidad, anemia, depresión y diarrea permanente.