Las autoridades de Australia quieren permitir safaris para cazar cocodrilos de agua salada por hasta 20 mil euros la pieza.
En esta región remota, la convivencia con los humanos es cada vez más complicada y cada año mueren dos personas por los ataques de este reptil.
La propuesta del ministro de Asuntos Indígenas de la región, Nigel Scullion, gana popularidad a medida que la especie se recupera y la interacción entre humanos y cocodrilos se hace más problemática.
Si bien el ministro federal de Medio Ambiente, Greg Hunt, descartó la propuesta enseguida, la idea ha encendido el debate entre quienes luchan por preservar la especie y quienes la consideran un peligro.
En Australia, la caza intensiva durante los dos últimos siglos diezmó la población, que en 1970 se encontraba al borde de la extinción.
Desde entonces, autoridades y organizaciones ecologistas han luchado para salvar la especie. Sus esfuerzos han sido tan efectivos que hoy los salties vuelven a nadar en las aguas pantanosas del Territorio Norte y se han convertido la principal atracción turística de esta región.