Un veto en Bélgica a los métodos musulmanes y judíos de sacrificar ritualmente animales entró en vigor el 1 de enero, parte de un choque por toda Europa en torno al balance entre el bienestar animal y la libertad religiosa.
Con los defensores de los derechos de los animales y los nacionalistas de derecha presionando para prohibir el sacrificio ritual, las minorías religiosas en Bélgica y otros países temen ser el blanco de intolerancia bajo el velo de la protección animal.
“Es imposible conocer las verdaderas intenciones de la gente”, dijo Yaakov David Schmahl, un rabino de alto rango en Amberes.
Las leyes por toda Europa y las normas de la Unión Europea requieren que los animales sean considerados insensibles al dolor antes de ser sacrificados, para hacer más compasivo al proceso.
En animales más grandes, aturdirlos previo a su sacrificio por lo común significa utilizar un dispositivo de “perno cautivo” que dispara una barra metálica al cerebro; en el caso de aves de corral, normalmente significa un choque eléctrico. Los animales también pueden ser dormidos con gas.
Sin embargo, el sacrificio bajo las reglas halal musulmanas y kosher judías requiere que un animal esté en perfecta salud —lo que las autoridades religiosas dicen que descarta que primero sea aturdido— y que sea sacrificado con un solo corte en el cuello. Sus defensores aseguran que podría causar menos sufrimiento que otros métodos.
La mayoría de los países y la Unión Europea permiten exenciones religiosas al requisito del aturdimiento, aunque en algunos sitios —como Países Bajos y Alemania— las excepciones son muy limitadas. Bélgica se está uniendo a Suecia, Noruega, Islandia, Dinamarca y Eslovenia entre las naciones que no permiten ninguna exención.
Bélgica, con una población de unos 11 millones de habitantes, es hogar de alrededor de 500 mil musulmanes y 30 mil judíos. Los que se apegan a sus reglas religiosas pronto se verán forzados a ordenar su carne del extranjero, que los miembros de la comunidad afirman que significará pagar más, e incluso podría llevar a un desabasto de alimentos.