En la última etapa de una larga enfermedad, Donna Jerkins hizo realidad el deseo de su sobrino: ver por última vez a su perro.
Así ideó el programa Zachary’s Paws for Healing: llevan y traen a los perros y gatos de los pacientes que, por su estado de salud, no pueden dejar el lugar de tratamiento.
‘Las mascotas vienen hasta acá y no les importa si los dueños perdieron el pelo o si tienen mangueras por todos lados’, relata Jerkins. Un amor incondicional, a prueba de todo.
Esta iniciativa fue recibida con buenos ojos por las autoridades del hospital Juravinski de la ciudad de Ontario.
‘Dijimos si es algo que es importante para nuestros pacientes… ¿cómo podemos hacerlo posible de una manera segura?’, relató la directora del servicio de Oncología, Kim Alvarado. Los animales deben ser higienizados antes de cada visita y no pueden estar en contacto con otros pacientes.
Ya hubo 25 visitas a pacientes en terapia intensiva, incluso en las últimas horas de vida. Este programa es pionero en Canadá, se financia con donaciones y las personas que trabajan lo hacen de manera voluntaria.
‘Vemos milagros aquí todos los días’, concluyó Jerkins, testigo de lazos indisolubles tanto en la salud como en la enfermedad.