Cazadores furtivos también matan buitres para que no los delaten

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Un estudio de la Universidad de Oviedo alerta sobre el riesgo de que el furtivismo asociado al comercio ilegal de colmillos de elefante, cuernos de rinoceronte o pieles y huesos de jirafas pueda llegar a amenazar a ocho especies de buitres africanos.

Las conclusiones de este estudio han sido recogidas en la revista Biological Conservation, donde se deja constancia de que los furtivos que persiguen a la megafauna africana envenenan las carroñas para evitar que los buitres, especializados en localizar rápidamente animales muertos, delaten la ubicación de estas actividades ilegales.

Los investigadores han subrayado que estas poblaciones de buitres africanos han disminuido un 62% de media en las tres últimas décadas y sólo en Botsuana han aparecido envenenados 537 buitres en tres carroñas de elefantes muertos.

Los autores del estudio, José Vicente López-Bao y Patricia Mateo-Tomás, colaboran en el Plan de Acción Español contra el tráfico ilegal y el furtivismo internacional de fauna y flora silvestres (Plan TIFIES) y han advertido de que el envenenamiento masivo de buitres en carroñas de otros animales que son víctimas de los furtivos puede además estimular el comercio ilegal de partes de buitres africanos para su uso en la medicina tradicional.

El artículo destaca que, frente a los 26 buitres envenenados de media en tres eventos destinados a la captura directa de estas aves para abastecer el mercado tradicional, en una sola carroña de elefante abatido ilegalmente por sus colmillos, y posteriormente envenenada, se contabilizaron 65 buitres de 191 envenenados, a los que les faltaba el pico.

Por ello reclaman mayor implicación de las autoridades encargadas de luchar contra el furtivismo, para realizar un seguimiento sistemático que permita estimar la magnitud real de esta sinergia que se crea entre el furtivismo de megafauna y el comercio de partes de buitres.

López-Bao y Mateo-Tomás sugieren tomar como punto de partida algunos programas ya existentes, como el Programa de Seguimiento de Mortalidad Ilegal de Elefantes (MIKE) de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).

Asimismo, remarcan la necesidad de ampliar estas medidas a otras especies amenazadas por la persecución ilegal, como los rinocerontes y las jirafas.

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