Cada año, millones de aves migratorias emprenden largos viajes entre sus sitios de reproducción y climas más templados, sorteando toda clase de obstáculos.
Guiadas por una brújula cuántica integrada a su cerebro que les ayuda a leer el campo magnético de la Tierra y distinguir entre norte y sur durante sus movimientos estacionales, las aves migratorias utilizan distintas técnicas para llegar a su destino:
La mayoría emprende vuelo en parvada, alcanzando una altitud promedio entre 150 y 600 metros encima de suelo firme, misma que disminuye cuando sobrevuelan cuerpos de agua como ríos o lagos. Además, las aves suelen comenzar sus viajes durante la noche con el fin de evitar depredadores y mantenerse frescas durante el vuelo.
Sin embargo, una nueva investigación del Instituto Max Planck de Ornitología ha revelado una adaptación evolutiva que les permite mantenerse frescas y evitar sobrecalentamientos durante sus viajes en el día: el color de sus plumas.
«Creemos que la coloración más clara del plumaje de las especies migratorias reduce el riesgo de sobrecalentamiento cuando se exponen al sol», explica Kaspar Delhey, autor principal de la investigación publicada en Current Biology.
«Las superficies más claras absorben menos calor que las más oscuras, como puede atestiguar cualquiera que lleva ropa oscura en un día soleado. Esto es especialmente importante para las aves migratorias de larga distancia que realizan extensos vuelos, durante los cuales no pueden detenerse a descansar en la sombra».
El mismo equipo había encontrado previamente que en términos generales, las especies de aves que poseen plumajes de colores más claros habitan regiones donde las temperaturas son más altas y existen pocos recursos para protegerse del sol, contrario a las aves de colores oscuros.
De modo que el plumaje más claro no sólo les funciona para mantenerse frescas en tierra. Es probable que también sea clave en los vuelos a gran altura que realizan durante las migraciones estacionales.
Basándose en otros estudios que demuestran que algunas aves migratorias vuelan a una mayor altitud durante el día que durante la noche, el equipo sugiere que el plumaje es una forma de compensar vuelos a mayor altitud: como la radiación solar es mayor conforme aumenta la altura, las plumas de colores claros contribuyen a absorber menor radiación y al mismo tiempo, reducen el riesgo de sufrir un sobrecalentamiento.
Al comparar la luminosidad general del plumaje de cada especie de ave registrada en Birds of the World (una de las bases de datos más grande del mundo a propósito de aves) con su comportamiento migratorio, el equipo encontró una correlación positiva entre los tonos más claros y mayores distancias recorridas, de modo que las especies residentes y aquellas que emprenden viajes de corta distancia poseen colores más oscuros.