El Navy Times reporta que el entrenamiento dejará municiones en las aguas de la Costa Este, California Sur, Hawaii y el Golfo de México. Se estima que durante el periodo de 2014 a 2019 un impacto significativo tendrá lugar en la vida marina, principalmente por el uso de explosivos ultramarinos y sonar.
Los modelos de computadora muestran que el entrenamiento dejará un saldo de 186 ballenas y delfines muertos en la Costa Este y 155 en Hawaii y California Sur.
En las aguas de la Costa Este podría haber 11,226 serias lesiones y 1.89 millones de lesiones menores tales como la pérdida de audición. El entrenamiento podría causar que los mamíferos marinos cambien su comportamiento –así como nadar en distinta dirección—en 20 millones de instancias.
Por más que la Armada defienda este entrenamiento como “la única manera en que los marineros pueden desarrollar habilidades que necesitan para asegurar que las tecnologías pueden ser operadas efectivamente”, ninguna práctica humana debería ser en detrimento de los océanos, ni ser cruel con la vida, ni participar en la eventual extinción de alguna especie.