España: A juicio por sacrificar ‘de forma agónica’ a 2.200 animales

Más leídas
La presidenta de la protectora Parque Animal, ubicada en la localidad malagueña de Torremolinos, acusada por un delito continuado de maltrato animal por el supuesto sacrificio de 2.200 animales, ha dicho que ‘jamás’ realizó ese exterminio y ha apuntado que eran los veterinarios los que decidían las eutanasias.

 
‘Yo tengo fobia a poner inyecciones’, ha indicado C.M., rechazando también haber falsificado certificados o listados para incineración. El Juzgado de lo Penal número 14 de Málaga ha comenzado el juicio a la presidenta de dicha asociación, para la que la Fiscalía pide cuatro años de prisión por los delitos continuados de maltrato animal e intrusismo profesional, por los que también imputa a un empleado de la protectora, aunque a éste en calidad de cooperador necesario. Además, a la dueña se le acusa de un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por un particular.
 
‘Yo soy amante de los animales solamente, no me atrevo ni a cortarles las uñas’, ha asegurado la acusada en su interrogatorio, apuntando que ‘con una jeringuilla me han podido ver’, pero no con producto eutanásico, sino con jarabe para darlo por la boca.
 
Asimismo, ha señalado que ‘nunca’ ha hecho listados para incineración, apuntando que ‘yo tenía mis ocupaciones que eran los animales, buscarles dueño y que la protectora funcionara bien’.
 
Ha apuntado que serían 283 fallecimientos con justificación los que ocurrieron en el periodo en el que las acusaciones le achacan la muerte de más de 2.200, una cifra ‘monstruosa que no sé de dónde se lo han sacado’ y que es ‘imposible, un disparate, entonces por qué iba yo a dedicar mi vida a estar allí procurándoles dueños’, ha dicho, apuntando que sigue teniendo 12 perros, 14 gatos, dos conejos, dos ocas y dos tortugas, en su casa, porque ‘la gente sigue creyendo en mí, me los traen y no puedo decir que no’.
Últimas noticias

Cuidadores en EE.UU. se disfrazan de zorro para atender a una cría abandonada

Descubre la sorprendente estrategia utilizada por un centro de vida salvaje para cuidar de una cría de zorro abandonada.