Dedicado a mostrar la vida salvaje de su país, el youtuber tailandés, JoCho Sippawat fue el primero en encontrar esta inusual tarántula en unos tallos de bambú en el Parque Nacional de Mae Tho, en la provincia de Tak. Luego colaboró con los aracnólogos Narin Chomphuphuang, de la Universidad de Khon Kaen, y Chaowalit Songsangchote, de la Universidad de Kasetsart, que estudiaron y describieron el nuevo género.
El estudio, publicado en la revista ZooKeys, muestra que la peculiaridad de esta nueva especie es sobre todo su hábitat: los tallos de bambú. Por eso fue denominada Taksinus bambus –en honor al rey tailandés Taksin el Grande (Taksinus) y por la planta (bambus)–.
“Examinamos todos los árboles de la zona donde se descubrió la especie. Es única porque está asociada al bambú: no la hemos observado en ninguna otra planta”, destaca Chomphuphuang.
Esta especie vegetal, que es importante para el hábitat del arácnido, solo puede encontrarse en los bosques de las colinas altas del norte de Tailandia, a una altura de unos 1.000 metros. “No es exagerado decir que ahora son las tarántulas más raras de Tailandia”, continúa el investigador.
Una araña diferente
Las tarántulas del sudeste asiático pueden ser terrestres o arborícolas. Estas últimas suelen pasar la mayoría del tiempo en diferentes tipos de árboles. Pero Taksinus bambus es la primera que se encuentra exclusivamente en un tipo de planta específico.
“Estos animales son realmente increíbles: son las primeras tarántulas conocidas con una ecología basada en el bambú” indica el científico. Las arañas se descubrieron dentro de tallos maduros de bambú asiático (Gigantochloa sp.). Las entradas de sus nidos, que no son capaces de hacer por sí mismas, varían en tamaño desde 2-3 cm hasta una gran apertura.
Al no poder perforar los tallos de bambú por sí mismas, las tarántulas dependen de la ayuda de otros animales, como el escarabajo barrenador del bambú o el gusano del bambú
Al no poder perforar los tallos de bambú por sí mismas, las tarántulas dependen de la ayuda de otros animales, como el escarabajo barrenador del bambú, el gusano del bambú, la abeja carpintera que anida en el bambú y algunos roedores. En otros casos, los rápidos cambios de humedad en el interior de los tallos pueden hacer que el bambú se agriete y les permitan la entrada.
Los científicos también detectaron que presentaban una madriguera tubular forrada de seda, ya sea en el tallo de la rama o en el centro de los tallos de bambú. Todas ellas habían construido tubos de seda de retirada que cubrían la cavidad del tallo.
Además de su innovador hábitat, la especie se distingue de todos los demás géneros arbóreos asiáticos por tener un émbolo relativamente corto de los pedipalpos (segundo par de apéndices situados en la cabeza) masculinos, que se utilizan para transportar el esperma a los receptáculos seminales de la hembra durante el apareamiento.
“Pocas personas se dan cuenta de la cantidad de fauna silvestre de Tailandia que queda sin documentar”, señala Chomphuphuang. “Los bosques tailandeses cubren ahora solo el 31,64 % de la superficie total del país. Nuestra misión principal es investigar y salvar de la extinción la biodiversidad y la fauna de estas selvas, especialmente los microhábitats específicos de cada especie”, concluye.