El Consejo Constitucional francés avaló la ley que prohíbe la construcción de nuevos lugares para hacer peleas de gallos, permitidas en aquellas regiones del país que tienen una tradición de este tipo de prácticas e ilícita en el resto del territorio.
Dos ciudadanos de La Reunión, isla del Índico donde esta práctica está permitida, fueron denunciados por haber abierto a mediados de 2012 un “ring” para gallos, lo que contraviene el punto octavo del artículo 521-1 del Código Penal.
Durante el juicio, sus abogados consideraron ese artículo contrario a la Constitución.
En su argumentación, señalaron que las peleas de gallos se benefician de la misma condición de excepción territorial que las corridas de toros, para las que no existe una prohibición de abrir nuevas plazas.
Los letrados indicaron que el Constitucional avaló en 2012 la apertura de nuevas plazas en aquellos lugares que podían demostrar que había una tradición taurina, por lo que pidieron recibir el mismo trato para las peleas de gallos.
Los magistrados del Constitucional, sin embargo, consideraron que el legislador consideró distintas las prácticas de la tauromaquia y las peleas de gallos, por lo que “trató de forma diferente situaciones que consideró diferentes”.