Los defensores de animales en Alemania están indignados por los Burdeles Bestiality, ya que los animales se ven afectados porque deben complacer los placeres sexuales de los “zoophiles depredadores”, como se les conoce a las personas que pagan por tener sexo con los animales.
Además los granjeros denuncian que sus ovejas y cabras han sido víctimas de abuso sexual.
El presidente de la Comisión de Agricultura de Alemania, Hans-Michael Goldmann, manifestó que el gobierno trabaja en prohibir el uso de un animal en actos sexuales con personas.