Es común encontrarnos con bichos bolitas en el jardín, debajo de las piedras y en áreas boscosas, ya que prefieren ambientes húmedos y oscuros. No obstante, también pueden habitar en zonas más templadas.
Lo cierto es que los oniscídeos no son una plaga para las plantas, ya que se alimentan de materia orgánica en descomposición.
Importancia de los bichos bolitas en el ecosistema
A menudo los bichos bolitas pasan desapercibidos en su hábitat natural, pero son esenciales en el ecosistema. No solo cumplen un rol importante, sino que también son los únicos crustáceos completamente terrestres que habitan en áreas tropicales y subtropicales de todo el mundo.
Estas pequeñas criaturas no pican ni dañan al ser humano, pero hay muchas curiosidades interesantes sobre ellos que vale la pena conocer.
Diversidad de nombres comunes
Su nombre científico es Oniscidea, provenientes de un suborden de crustáceos isópodos terrestres con unas 3000 especies descritas. Se caracterizan por recibir una gran variedad de nombres comunes según el país.
Por ejemplo, en Argentina se llaman “bichos bolitas”, en España “pelotas de tierra”, en Colombia “marranitos”, en México “cachurros”, en Uruguay “cochinillas de la humedad”, y en Chile y Perú “chanchitos de tierra”. En Estados Unidos, se les conoce como “wood shrimp”, que en español se traduce como “langostino de madera”.
Características físicas y comportamiento
Estos animalitos inofensivos se destacan por tener un cuerpo segmentado, recubierto por un exoesqueleto rígido, duro y arqueado, que le da su forma redonda cuando se enrolla.
Este mecanismo de defensa es una característica única entre los crustáceos y, aunque parece una pequeña bola, generalmente mide entre 1 y 2 centímetros de largo. Además, el bicho bolita posee siete pares de patas marchadoras o pereópodos.
Rol crucial en el ecosistema de los bichos bolitas
¿Por qué juegan un rol importantísimo en el ecosistema? Además de sus notables adaptaciones evolutivas, diversas investigaciones científicas sugieren que los bichos bolitas podrían tener un enorme potencial en la biorremediación, ayudando a limpiar suelos y aguas contaminadas.
Se sabe que tienen la capacidad de consumir sin sufrir ningún tipo de daño una gran cantidad de metales pesados del suelo, como el mercurio, el arsénico o el plomo, que son perjudiciales para el ser humano.
Alimentación y reproducción
Estos crustáceos terrestres son omnívoros y se alimentan principalmente de materia orgánica en descomposición, como hojas caídas, madera y restos vegetales.
Para reproducirse, cuentan con un saco abdominal o bolsa especial en el que incuban sus huevos, dando lugar a pequeñas versiones de los adultos.
No obstante, su ciclo reproductivo depende de las condiciones ambientales, particularmente de la humedad, aunque las crías van mudando de piel hasta alcanzar el estado adulto.
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