Conocida científicamente con el nombre de Hyaena brunnea (o Parahyaena brunnea), la denominada como hiena parda, o hiena marrón, es un mamífero carnívoro que pertenece a la familia Hyaenidae.
La encontramos en todo el sur de África, Namibia, Sudáfrica, Botswana, Zimbabwe o Mozambique. Es más, aunque puede vivir en la sabana boscosa, es muy común que sea capaz de sobrevivir incluso en lugares muchísimo más extremos, como áreas desérticas o semidesérticas, como podría ser el caso del desierto de Namib o el desierto de Kalahari.
A diferencia de la hiena manchada, la hiena parda tiende a tener un tamaño algo más pequeño, llegando a medir hasta 136 centímetros de largo, y pesar alrededor de 45 kg. Además, en términos de apariencia, destaca principalmente por la gran melena que le escribe la espalda y los hombros, y es fácilmente reconocible por sus esbeltas y largas orejas, y los cuartos traseros más bajos que los hombros.
Pero, aunque es considerada como una “mala” cazadora, en realidad tiene algo muy temible, como ocurre con las otras especies de hiena: tiene una mandíbula poderosa.
Sin embargo, a diferencia de las hienas manchadas, que tienden a vivir y a cazar en grupos, la hiena parda suele ser más solitaria, especialmente si son machos. De hecho, son las hembras las únicas que suelen vivir en pequeños grupos. Aunque tiene por costumbre salir a buscar comida sola, lo que influye en que sea incapaz de atacar presas grandes, como cebras, ñus, búfalos o gacelas.
De ahí que suela aprovecharse principalmente de carroña, aunque es capaz incluso de comer frutas, huevos o insectos cuando los encuentra, o en cazar mamíferos de mucho menor tamaño. Es más, ¿sabías que también es coprófaga? Esto significa que puede alimentarse de excrementos.
También suele ser un animal territorial, de forma que varios individuos, principalmente hembras, pueden compartir el mismo territorio de entre 20 a 400 kilómetros cuadrados. Y pueden mantener un vínculo familiar.
Es un mamífero nocturno, solitario de independiente del agua. Aunque esto no significa que no pueda, a veces, estar activa a la luz del día, aunque si lo hace, suele ser sobre todo al principio o al final de la jornada. De hecho, es habitual que pase las horas de mayor calor al abrigo de matorrales, huecos de rosas o madrigueras de oso hormiguero.
¿Cuáles son los principales peligros a los que se enfrenta la hiena parda?
Se estima que solo quedarían alrededor de 8.000 individuos, motivo por el cual la hiena parda se encuentra clasificada como “especie casi amenazada” en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Pero, como alertan los expertos, además de sus propios depredadores naturales (como la propia hiena manchada, el leopardo o el león), también es víctima de los humanos, quienes fragmentan su hábitat, principalmente con la construcción de vías férreas y carreteras.
Además, es asesinada por los ganaderos, quienes la “acusan” de ser una amenaza para su ganado. Todo ello a pesar de que existen bastantes estudios que, al contrario, muestran que la hiena parda en realidad ataca muy poco a los animales domésticos.
No solo eso, también puede ser sacrificada por cazadores en busca de un trofeo. Mientras que, finalmente, sus huesos son comúnmente utilizados en la medicina tradicional en los países donde habitualmente se encuentra.