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Liberan a un elefante del circo y conoce la libertad por primera vez en 30 años

La caza furtiva, el cautiverio inapropiado, y el afectamiento al hábitat natural de los animales siguen interviniendo negativamente a la fauna y muchas reseñas son más desmedidas que otras. En el caso de Big Boy, un elefante que estuvo dedicado al mundo del entretenimiento por más de tres décadas, la historia puede tener un final feliz.

El paquidermo de aproximadamente cuarenta años, fue rescatado en México y fue llevado al recién inaugurado Ostok Animal Protection and Sanctuary, en Culiacán.

La tarea de cuidar el planeta incluye cuidar de todas las formas de vida. Y los elefantes son unos seres que no han tenido mucha suerte. Desde la moda del marfil que llevaba a la caza de este animal para sacarle los colmillos, hasta el cambio climático han incidido en la cantidad de paquidermos que existen en el mundo.

“Nos encontramos en una situación muy, muy crítica. En los últimos 30 años hemos perdido el 40 por ciento de toda la fauna que había en nuestro país y el 30 por ciento se encuentra en peligro de extinción”, comentó Ernesto Zazueta Zazueta de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México.

“Los últimos gobiernos han incrementado los megaproyectos de urbanización que acaban con el hogar de cientos de miles de animales y han reducido el presupuesto destinado al medioambiente provocando la desprotección de la gran mayoría de las Áreas Naturales Protegidas y el desamparo de la fauna silvestre“, añadió.

En México no existen muchos centros para la protección animal, aun así el recién inaugurado Ostok Animal Protection and Sanctuary, es una opción para estos singulares individuos que han llevado una vida bastante complicada.

“Ya no nos damos abasto, dar un hogar a animales silvestres rescatados por las autoridades y por asociaciones civiles como nosotros (desde elefantes hasta aves) requiere de muchos recursos humanos, de mucho dinero y, por supuesto, de espacios adecuados”, menciono Zazueta.

Este santuario cuenta con más de 20 hectáreas para que los animales tengan suficiente espacio para realizar sus rutinas. Se les alimenta y se les da atención veterinaria.

En el centro Ostok Animal Protection and Sanctuary, en Culiacán se trata de respetar el estilo de vida que merece cada animal, y se adaptan a sus necesidades. Quizás Big Boy ahora pueda ser feliz.

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