Los anfibios de la Amazonia, en riesgo por la sequía

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Un estudio publicado en la revista Nature Climate Change advierte que hasta el 36 % de los hábitats de anfibios terrestres y arborícolas en todo el mundo podrían verse amenazados por la combinación de dos factores clave: la reducción en la disponibilidad de agua y el aumento de las temperaturas.

Brasil alberga la mayor diversidad global de estos animales, especialmente en la selva amazónica, un ecosistema altamente vulnerable. Allí se encuentran muchas de las especies más amenazadas, dado que el calentamiento global y la intensificación de las sequías podrían alterar drásticamente su entorno.

Un equipo internacional de científicos llevó a cabo el estudio más completo hasta la fecha sobre cómo la combinación de sequías más frecuentes y el calentamiento global afectará a los anfibios anuros (ranas y sapos). Sus hallazgos han sido publicados en Nature Climate Change.

Rafael Bovo, investigador de la Universidad de California en Riverside y coautor del estudio, explica: “La Amazonia y el Bosque Atlántico son los ecosistemas con mayor diversidad de anfibios y, al mismo tiempo, los más propensos a un incremento en la frecuencia, intensidad y duración de las sequías. Esto afectará gravemente la fisiología y el comportamiento de muchas especies, algunas de las cuales son endémicas de estas regiones”.

Los datos clave del estudio fueron recopilados por Bovo durante su doctorado y posdoctorado en Brasil, en el Instituto de Biociencias de la Universidade Estadual Paulista y la Universidad de São Paulo, respectivamente. Este trabajo forma parte del proyecto “Los impactos de los cambios climáticos y ambientales sobre la fauna: un enfoque integrador”, coordinado por Carlos Navas y financiado por la FAPESP.

anfibios

Pronósticos alarmantes: un futuro más árido

Las proyecciones indican que entre el 6,6 % y el 33,6 % de los hábitats de los anuros sufrirán una mayor aridez entre 2080 y 2100, dependiendo del nivel de emisiones de gases de efecto invernadero. En un escenario de emisiones moderadas, con un aumento de temperatura de 2 °C, el 15,4 % de estos territorios experimentará sequías más severas. Sin embargo, si el calentamiento global alcanza los 4 °C, más de un tercio de estos hábitats (36 %) quedará expuesto a sequías potencialmente devastadoras.

Dado que los anfibios tienen una piel delgada y altamente permeable, son extremadamente sensibles a la pérdida de agua. En un escenario de calentamiento extremo, especies de la Amazonia, América Central, Chile, el norte de Estados Unidos y el Mediterráneo europeo enfrentarán un aumento de más de cuatro meses al año en la frecuencia de sequías. Incluso con un calentamiento de 2 °C, la duración de las sequías se incrementará entre uno y cuatro meses en gran parte de América, Europa, el sur y centro de África y el sur de Australia.

El doble impacto del calor y la sequía

Los investigadores descubrieron que, en algunas regiones áridas, la tasa de pérdida de agua de los anfibios podría duplicarse, lo que reduciría drásticamente su tiempo de actividad. Para evitar la deshidratación y el calor extremo, estos animales permanecerán más tiempo en sus refugios, lo que limitará su alimentación y reproducción, poniendo en riesgo la viabilidad de sus poblaciones.

Las simulaciones biofísicas revelaron que en la Amazonia y el Bosque Atlántico la actividad de los anfibios disminuirá en todos los escenarios climáticos. Si bien el calentamiento global por sí solo reduciría su tiempo de actividad en un 3,4 %, y la sequía en un 21,7 %, la combinación de ambos factores provocaría una disminución del 26 %.

rana

¿Migrar, adaptarse o desaparecer?

Los investigadores están evaluando si algunas especies de anfibios poseen la plasticidad suficiente para ajustarse a entornos más áridos en un corto plazo o si podrían adaptarse evolutivamente a lo largo de miles de años. Esta información permitirá mejorar los modelos predictivos sobre extinciones locales y regionales y servirá como referencia para otras especies vulnerables al cambio climático.

“Las especies de anfibios solo tienen tres opciones: migrar, adaptarse o extinguirse. Nuestro objetivo es determinar cuáles tienen la capacidad de ajustar su fisiología y comportamiento en respuesta a estos cambios extremos y prever qué quedará de la biodiversidad al final del siglo”, concluye Bovo.

¿Cómo afecta el cambio climático a los anfibios de la Amazonia?

El cambio climático afecta a los anfibios de varias formas, como la pérdida de hábitat, la deshidratación y la reproducción en condiciones inestables. En cuanto a la deshidratación, estos animales pueden verse afectados por la escasez de precipitaciones, que puede provocar esta situación. 

Además, este fenómeno climático provoca que los anfibios se reproduzcan en condiciones inestables, como puede ser antes de la temporada de reproducción, volviéndose más vulnerables a las inundaciones y heladas.

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