La respuesta es que sí, los animales se comunican como nosotros, pero ellos utilizan otro lenguaje. Las personas usamos el lenguaje verbal, aunque no exclusivamente porque también utilizamos los gestos y la expresión facial, y los animales utilizan fundamentalmente la comunicación visual, que incluye posturas corporales y expresiones faciales, la comunicación auditiva, que incluye vocalizaciones como los ladridos y la comunicación olfativa.
Dependiendo de la especie, tiene más importancia una forma de comunicación que otra. Dos ejemplos: en el caso de los perros es más importante la comunicación visual, postural y expresión facial, acompañada de vocalizaciones. Por ejemplo, los perros utilizan un lenguaje ritualizado compuesto por la postura ofensiva (cuerpo erguido, extremidades extendidas, cola hacia arriba, orejas hacia arriba) y la postura defensiva (opuesta a la anterior).
Todo ello puede acompañarse de vocalizaciones y expresiones faciales. La comunicación olfativa también es importante. Cuando un perro marca con orina, deja un mensaje para los otros perros.
Sin embargo, esta comunicación olfativa es más importante si cabe en los gatos. Piensa que el gato es un animal solitario, por lo que no ha tenido que desarrollar un lenguaje para comunicarse de tú a tú como el perro, que es un animal social que vive en grupo.
El gato ha desarrollado un lenguaje olfativo que evita los encontronazos directos. Para esto lo que hacen es dejar señales con las uñas, dejan señales frotándose con distintas partes del cuerpo o dejan señales con orina. Y todas esas señales son mensajes para los otros gatos: “soy una hembra y estoy en celo” o “cuidadito que este es mi territorio, no te acerques”, etc.