Los ‘supercerdos’ con inteligencia superior ponen en alerta a EE.UU tras invadir medio Canadá

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Los agricultores y ganaderos de Canadá y las regiones más al norte de Estados Unidos se encuentran seriamente preocupados al ver cómo sus cosechas están quedando seriamente dañadas por culpa de unos indeseables vecinos. Se trata de una raza de cerdos salvajes que está adquiriendo tintes de plaga.

Los expertos ya los describen como ‘supercerdos’, dado que han adquirido una capacidad inédita para adaptarse a las condiciones más duras. Estos híbridos entre jabalíes y cerdos domésticos han ajustado sus necesidades a los climas muy fríos, viviendo en túneles que ellos mismos excavan en la nieve hasta una profundidad de hasta 2 metros. En las zonas del oeste de Canadá, donde en invierno se pueden alcanzar hasta -50ºC, han logrado adaptar su dieta en caso de necesidad a las raíces de Typha, también conocida como espadaña, gladio o totora, que además también usan para hacer más habitables sus madrigueras.

Su origen se estima a principios de los 80, cuando los granjeros canadienses decidieron cruzar cerdos domésticos con jabalíes para ayudar a la producción cinegética. El resultado fueron cerdos salvajes más grandes que daban más carne y podían ayudar a poblar las reservas y cotos de caza, siempre que estuvieran controlados. El problema es que lo que iba a ser una especie nacida para vivir en cautiverio se escapó para extenderse por todo el país.

En los últimos 20 años, los cerdos han ocupado las provincias de Manitoba, Saskatchewan y Alberta, y se estima que ya están presentes en una extensión de más de un millón de kilómetros cuadrados. Los expertos advierten: es «una especie destructiva e invasora».

Un riesgo para la salud humana

Michael Marlow, uno de los máximos responsables de la Oficina Nacional de Gestión de Daños porcinos del Departamento de Agricultura de EE.UU., ha advertido de los potenciales peligros de estos ‘supercerdos’.

«Suponen una competencia directa para las especies nativas para conseguir alimentos», ha advertido en en ‘The Guardian’. La rápida evolución de estos animales les ha convertido en unos depredadores temibles, capaces no solo de matar pequeños mamíferos, sino también a ciervos jóvenes o destrozar nidos de pájaros que estén en el suelo. «Cuentan con largos colmillos que los hacen depredadores consumados», señala Marlow.

El mayor peligro que detectan los expertos no es solo esa gran capacidad destructiva (se estima que ya causan 1.500 millones de dólares en daños cada año) sino su inteligencia superior. Los analistas medioambientales se han dado cuenta de que las manadas tienen una movilidad muy alta, lo que dificulta su caza, además de una capacidad de procreación muy alta. La consecuencia es una superpoblación de supercerdos ya descontrolada por Canadá y que está empezando a cruzar la frontera a Estados Unidos.

«Llevaban una vida adaptada a su entorno hasta hace unas pocas décadas, cuando comenzamos a ver rápidas incursiones de estos animales en áreas que no habíamos detectado antes», admite un Marlow que ha lanzado un importante aviso sobre el riesgo para la salud humana que suponen estos animales.

Y es que, además de destrozar las cosechas y las zonas forestales, pueden contaminar el agua y transmitir enfermedades transmisibles a los humanos, como algunas variantes de la gripe porcina o rabia.

«El peor mamífero invasivo del planeta»

Un estudio de la Universidad de Saskatchewan va más allá de las palabras de Marlow y pide a las autoridades, tanto estadounidenses como canadienses, meter este asunto de los supercerdos en la primera línea de la agenda de actuación de los próximos tiempos.

«Son increíblemente inteligentes y muy difíciles de cazar. Además, cuando hay presión sobre ellos, especialmente si las personas comienzan a cercarles, se vuelven prácticamente nocturnos y se esconden en las regiones más espesas de los bosques, o bien en los humedales, lo que dificulta notablemente su rastreo», afirma Ryan Brook, responsable del citado estudio.

Este tipo de actitudes muestran una capacidad de adaptación inédita en otros tipos de suidos (la especie genérica de cerdos y jabalíes) lo que ya les ha valido el calificativo de «el peor mamífero invasivo del planeta».

La dificultad para cazarles y su rápida evolución hace que, ahora mismo, sea prácticamente imposible un rápido control de la situación. «Probablemente, entre 2010 y 2012 había posibilidades para controlarlos, pero ahora están tan extendidos y son tan abundantes que ya hace años descarté la idea de que su erradicación sea posible», se lamenta Brook.

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