Los gatos y perros son los animales de compañía que habitualmente comparten todo hogar y son parte de la familia, asumiendo un compromiso de 10 a 15 años tiempo estimado de vida. La responsabilidad en los cuidados y la atención veterinaria es esencial, no solamente para la salud del animal, sino también para la de familia. La desparasitación se convierte así en uno de los requisitos fundamentales.
No es exagerado asegurar la presencia de parásitos en un 80 % de perros y gatos, de los cuales una mínima parte son transmisibles al humano, pero, dado el contacto diario con la familia, y sobre todo con los niños, es necesaria su regular desparasitación.
“La ausencia de atención veterinaria para las mascotas genera un auténtico problema, ya que estos animales pueden transmitir enfermedades tanto a otros animales de su misma especie como al ser humano (zoonosis), y pueden deteriorar el medio ambiente”, comenta Silvina Busson, médica veterinaria y docente en la Escuela Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Negro.
Según la profesional, los parásitos pueden pasar a las personas de diversas maneras (por contacto, por ingestión, por heridas, etc), siendo los niños, las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas con alguna enfermedad -sobre todo inmunodeprimidos- los grupos más expuestos a una parasitosis.
En los niños, el riesgo es doble porque muchas veces no conservan las normas básicas de higiene, como lavarse las manos después de haber tocado a un animal o evitar llevarse a la boca objetos que han estado en contacto con animales parasitados.
Los síntomas más comunes en un animal son adelgazamiento, decaimiento, abatimiento, pelo reseco, erizado y opaco, apetito voraz (a veces inapetencia), diarreas y/o vómitos y, en ocasiones, problemas dermatológicos.
Existe una gran variedad de parásitos internos y externos. Estas son algunas de las enfermedades de perros y gatos en las que hay parásitos implicados y que pueden afectar a las personas: dipilidiosis, equinococosis o hidatidosis, toxocariosis, toxoplasmosis, sarna sarcóptica, enfermedades transmitidas por garrapatas (borreliosis, rickettsiosis), leishmaniosis, y otras.
La desparasitación externa se hace todos los meses y la interna, a los 21 días del cachorro y cada cambio de estación.
“Si bien dependen mucho del área geográfica, no estamos exentos de las enfermedades zoonóticas si no las prevenimos y controlamos a tiempo”, concluye la profesional.
Cinco consejos contra la zoonosis
DESPARASITAR contra parásitos internos y externos. Doble protección, la del animal y familia.
HIGIENE Y LIMPIEZA ADECUADA. Los parásitos pueden vivir en nuestro entorno durante años esperando infestar. Una correcta higiene reducirá su proliferación.
RECOLECTAR diariamente las deyecciones de perros al aire libre o en espacios verdes, y la bandeja de los gatos.
EVITAR DISTRACCIONES EN LOS PASEOS. Por naturaleza tienden a oler restos orgánicos. Evitar olfatear o lamer zonas que puedan estar contaminadas.
MANTENER ESPECIAL ATENCIÓN EN LOS VIAJES QUE REALIZAMOS CON PERROS Y GATOS. Existe predisposición a la infestación. Verificar las zonas a viajar
VIGILANCIA. Signos de alerta a simple vista en los animales: picazón, arrastrar su cola a causa de picazón, lengua pálida, ruidos en la panza, heces blandas, adelgazamiento.